"Todo mi apoyo y solidaridad". Así tuiteaba Albert Rivera, solidarizàndose con la víctima de una agresión homófoba en un restaurante de Barcelona, un nuevo episodio que se ha hecho viral en cuestión de horas. Palabras con efecto boomerang contra el de Cs, que saca pecho cuando le conviene en torno a situaciones como esta. Más si cabe durante la celebración mundial del Orgullo Gay, escenario propicio para el deporte favorito de Rivera: Decir una cosa, hacer la contraria y explicar una tercera. Es decir, defender derechos de los LGTBI "de boquilla", mientras pactan con VOX en "secreto" y toman a los ciudadanos por idiotas ante los medios de comunicación.

"Es vergonzoso y muy indignante", dice Rivera. Y exactamente eso es lo que ha despertado su manifestación de solidaridad. Podríamos pasar una hora repasando los "repasos" (nunca mejor dicho) al presente de la formación (ya oficialmente de derechas, ¿verdad?), que camina cogido de la mano con los de la ultraderecha, que describen en su ideario la celebración del orgullo en Madrid como "una fiesta que llena la ciudad de escenas sexuales grotescas", según recuerda el periodista Antonio Maestre: "El Ku Kux Klan"

Echemos un vistazo para imaginar cómo ha quedado a Rivera después de recibir las bofetadas del colectivo LGTBI y de sus simpatizantes.

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Remate final: "Ni un paso atrás contra el odio, siempre libertad". Mezclar libertad y odio le va muy bien a Cs. Y lo practica a menudo firmando pactos vergonzosos. ¡Ah! Y con fotografías que los delatan, como Inés Arrimadas. Albert se ha querido hacer una, demostrando que es el Superman de los comprometidos contra la homofobia, y ha salido caliente. Y no es  por la ola de calor.