Ha pasado un año (y dos días), y nadie le añora. Na-die. Albert Rivera dimitía como líder de Ciudadanos después del porrazo electoral del 9-N y abandonaba la política activa. El hito era insuperable: reducir su partido a la irrelevancia parlamentaria en cuestión de pocos meses. Rivera pasó de caudillo ciudadaner a ciudadano vulgaris. Bien, no tan vulgaris: carne de prensa rosa por su romance y paternidad con una súper famosa como Malú; fichaje estrella de un despacho de abogados que, incluso, ha cambiado su nombre para añadir el apellido del expolítico; y escritor de cuarta. Ahora bien, eso de que ha dejado la política no se lo cree nadie, y cuando tiene la mínima oportunidad mete baza. Y la pata, cómo si no.

Albert Rivera el día de la presentación de su nuevo puesto de trabajo en un despacho de abogados / EFE

Dos apariciones estelares de Rivera han hecho aflorar un sentimiento compartido por personas de ideología, sensibilidad y condición bien diversa: el descrédito. Concretamente, dos personajes mediáticos de categoría: Joaquín Prat y Roberto Enríquez, 'Bob Pop', subdirector del 'Late Motiv' de Andreu Buenafuente. Vamos por partes: el de Cuatro al Día lo destrozaba después de escuchar cómo criticaba al partido naranja, a Inés Arrimadas y su estrategia actual, y hacía vaticinios catastrofistas como "en dos días, España puede ser Argentina". La réplica: "a mí que te vayas de política por la puerta de atrás y luego vengas dando lecciones me hace mucha gracia. Se olvida que si no se hubiera creído que iba a ser presidente, eso que tanto critica no hubiese sucedido"

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Joaquín Prat contra Albert Rivera / Cuatro

De la pulla de Mediaset, en la de Movistar+. Bob Pop lo hacía en las redes, al analizar el panel de oradores invitados por Alberto Carlos en un seminario de comunicación y liderazgo. Un ejercicio de pluralidad que hace estallar cerebros: Figo, Dimas Gimeno (expresidente de El Corte Inglés), el opositor venezolano huido a España Leopoldo López y Alberto Ruiz Gallardón (el flirteo de Rivera con el PP ya es descarado). La elección estremece a Enríquez, que lo coloca más a la derecha que VOX: "sospecho que a Abascal no le admitió POR ROJO".

Bob Pop en Late Motiv / Movistar+

Albert Rivera hace reír a Inés Arrimadas / GTRES

Rivera ha abandonado definitivamente su naranja habitual y ahora tira más hacia el rojo: no el ideológico, si no por el tono de sus mejillas cada vez que hace de estadista sabelotodo... y frustrado.