Esta es una historia que podría resumirse bajo un término: apropiación cultural e indebida. No llega a ser delictiva, cierto, pero "tiene delito". El centro de la cuestión es un tuit de Albert Rivera, el pasado 12 de octubre, día de la Hispanidad. El enterrador de Ciudadanos e inflamado españolista hizo una lista de "grandes españoles" por los cuales todos tendríamos que sentirnos superpatriotas y orgullosos de ser hijos de la rojigualda. Fenomenal. Lástima, eso sí, que como el 95% de todo aquello que hace Alberto Carlos, la relación de personajes fuera una chapuza impropia de un tipo que se sentía presidente y ombligo del planeta Tierra.
Aquel día le pasaron la mano por la cara: el periodista y activo tuitero Pablo MM le respondió de forma magistral, explicando uno por uno cuál fue el destino de aquellos españoles: muchos de ellos, represaliados por el régimen. Y cosas de Twitter, aquel "incidente" ha vuelto en forma de boomerang a la actualidad. Eso sí: alguien ha borrado su autoría, cosa bien fea. Sea como sea, el repaso es de campeonato: Buñuel, Picasso, María Zambrano o Clara Campoamor se tuvieron que largar de España. A Federico García Lorca le fue todavía peor: fusilado por los fascistas. Y el colmo de los colmos: la historia de Paco de Lucía, tío de su pareja Malú y madre de la hija que tienen en común, Lucía. Al guitarrista unos radicales ultras lo apalearon por "rojo", rompiéndole la mano y destrozándole sus virtuosos dedos. Lo que decíamos: penosa apropiación cultural con intenciones políticas, fiel al Rivera style.
Qué fichaje el de la abogacía española. Y qué suerte para los historiadores, perdiéndolo de vista.