Albert Rivera ya no llora por las esquinas la ruptura con Malú. Qué va. Ya le ha cambiado el rictus, tiene el cuerpo golfo. De hecho, parece que no lo ha dejado de tener durante el proceso de separación: la bomba saltó a raíz de la presencia del exlíder de Ciudadanos en un concierto de Rosalía en Madrid. Un tipo con buen oído y alma de fisgón irreductible lo oyó explicando a sus colegas que estaba hecho caldo al haber partido peras con la madre su hija Lucía. Parecía una astracanada más sobre la vida íntima de Alberto Carlos, pero días después el periodista Luis Rollán, íntimo de la cantante, confirmaba que ya no estaban juntos. O sea, que sí: que no se ha quedado en casa lloriqueando ni mirando fotos con aire nostálgico.
Este fin de semana Rivera tenía una fiesta. Y de las gordas. Explicar esta jarana multitudinaria en Sevilla es complicado: se trataba de un cumpleaños, el de José Luis López Fernández 'El Turronero'. Un empresario y millonario que es la quintaesencia del nuevo rico andaluz. Cada vez que cumple años prepara unos eventos faraónicos, pero el de 2023 ha sido especialmente significativo: 3.500 personas se reunieron en la cita, entre ellos numerosísimos rostros famosos del panorama español, muchos de ellos de la derecha más caduca. Música en directo, regalos a los invitados, comida para abastecer a dos regimientos de infantería, momentos muy friquis. Y juerga. Mucha juerga. Rivera no se la ha perdido. No solo eso, es que la ha aprovechado al máximo.
Albert Rivera liga en la fiesta del Turronero con Fiona Ferrer
Albert ligó. Hay pruebas que lo demuestran. Se reencontró con una amistad del pasado en un escenario nuevo: la soltería. Y se comportaron de manera muy próxima. Pero qué mucho. Se trata de Fiona Ferrer, una barcelonesa experta en moda, periodista, escritora, influencer, colaboradora de televisión, etcétera. Los dos charlaron durante buena parte de la noche, y los gestos entre ellos eran de sintonía total. Hay feeling e imágenes que lo acreditan. El programa 'Y ahora a Sonsoles" ha enseñado unas cuantas. Instantáneas como estas.
Contacto físico, conversaciones íntimas y muchas ganas de juerga
Los allí presentes explican que la intimidad llegó al punto que ella le ponía la mano en el cogote a Rivera, aparte de diferentes caricias y contacto físico más que sospechoso. Ferrer hizo olvidar las penas de Albert, aunque no se marcharon juntos. Eso sí, había dejado al hombre con ganas de alegrías, cosa que se demuestra con una frase: "Albert quería seguir con la fiesta a las 4 de la mañana". Por cierto, que no tenía ojos sólo para Fiona, también se fijó en una Miss Mundo invitada a la fiesta. Malú es historia, la naranja mecánica del amor vuelve al ataque. A ver si a la enésima va la vencida.
Rivera desencadenado. Que tiemble España.