Los espectadores de televisión en Catalunya tuvieron doble ración de Alberto Chicote. El de Pesadilla en la Cocina, en La Sexta, y el de Pesadilla en Ciudadanos, en TV3. No era ninguna alucinación, más bien el resultado de uno de los gags más divertidos de la última edición de Polónia. El chef madrileño 'saltó' a la pública catalana para hacer una visita a las cocinas de los naranjitos en Catalunya, con la misión (imposible) de remontar la deriva del partido de Lorena Roldán y Carlos Carrizosa. Cs le había llamado porque su 'restaurante' "ha pasado de 3 estrellas a estrellarse", pero ni toda la magia del cocinero fue capaz de enderezar el "puto desastre" en el que se han convertido. El repaso, a través del actor Pep Plaza, es pura fantasía, pero curiosamente nada alejado de la realidad.
Imaginen el panorama: un restaurante donde insultan a los clientes que piden la carta en catalán a gritos de "delincuente" y "separatista". Un lugar donde los platos están pensados para alérgicos... al Procés: "155 pàginas sin productos catalanes". El chef estalla: "¡Menuda mierda! ¿Se puede saber quién es el cocinero?". La respuesta no le gustará. Va a la cocina y se encuentra con Lucas. Sí, el cachorro "que huele a leche" de Albert Rivera. "Mecagüen mis muertos. ¡Un puto perro en la cocina!". La bronca, en vez de avergonzarles, les enciende la bombilla. Chicote es la respuesta. Chicote es el líder que necesitan. Le ponen el delantal y le traspasan el local. "Lo tienes todo para ser el líder de Cs. ¡Mal hablado, mal humor, quisquilloso, serás un propietario cojonudo!", le dice la Roldán fake. "Esto es intolerable. ¡Yo me largo!". El chef se marcha a la francesa y los naranjitos se enamoran perdidamente: "Y encima cuando se ofende se va...Lo dicho, ¡cojonudo!"
Lo que es cojonudo es el gag. Quizás incluso el Alberto se rompe de risa. Pero Polònia provoca tantas carcajadas que a veces, da miedo. Y con los fachas, su humor ácido se queda corto. La realidad siempre les superará.