Si participara en un concurso del #10yearschallenge, no hay duda de que tendría serias aspiraciones a conseguir el premio al adelgazamiento más brutal. La foto que ilustra esta noticia es justo hace diez años. Este era el aspecto del chef Alberto Chicote en el año 2009. Ahora, diez años después, la dieta estricta que ha puesto en marcha hace unos meses le ha llevado a tener una aspecto hasta ahora desconocido en él y radicalmente opuesto a la imagen televisiva a la que nos tenía acostumbrados.
El cocinero ya anunció hace cuatro meses en el programa Liarla Pardo que llevaba mucho tiempo intentando rebajar peso. Cosa que el mes de octubre había conseguido. Ni más ni menos que 31 kilos menos que provocaron que la entrevistadora le preguntara: "Quiero que me digas dónde té has dejado a la otra mitad de Chicote". Experto en visitar restaurantes de dudosa calidad, con abundancia de fritanga y condiciones higiénicas poco justificables, Chicote decidió dar un giro de 180º en su alimentación y predicar con el ejemplo en busca de comida saludable.
Este es el aspecto que presentaba el pasado mes de octubre, cuando ya habían empezado a funcionar sus trucos para adelgazar: "Moviendo más los pies y cerrando un poco el pico. Básicamente. Nunca voy a dejar de comer y de disfrutar de la cocina, lo importante es hacer ejercicio y gastar más calorías de las que te entran en el cuerpo". Unos consejos que ha seguido practicando desde entonces y que han dado como fruto una imagen de la que todo el mundo habla. Presentación del concurso Cocinillas. Y aparece en el photocall alguien que tiene la cara de Chicote, pero que está en el cuerpo de otro. Como aquellos recortables de las revistas donde podías cambiarle el look a un personaje, el chef aparece y sólo se le ve cabeza encima de un cuerpo delgado e irreconocible por lo que nos tenía acostumbrados.
El presentador de Pesadilla en la cocina quiere demostrar que los kilos que ha perdido son una pesadilla que quiere dejar atrás.