La feria internacional de turismo de Madrid, FITUR, ya se ha puesto en marcha. Día de inauguración con una nutrida presencia de VIPS y poderosos: los reyes de España, los que más. Felipe y Letizia han tratado de dibujar la mejor de sus sonrisas durante toda la jornada, de demostrarse interés y estima mutua, de aparentar ser un matrimonio feliz y normal. Con sus pequeñas cosas, pero sin ningún incendio ni ningún Del Burgo sobre sus cabezas. Han contentado a su público y medios de comunicación afines, porque las voces que hablan de "los reyes más enamorados que nunca" son unas cuantas y relevantes. FITUR importa un rábano, aquí venimos a poner nuestro granito de arena cortesano. Son picapedreros incansables.
En fin, al margen del séquito real, la cita en IFEMA ha contado con representantes institucionales de primer orden. Por ejemplo el nuevo ministro de Industria y Comercio, Jordi Hereu, estrenándose en este escenario, de la misma manera que la presidenta del Congreso Francina Armengol. Otros ya conocían el territorio, de hecho son virreyes: la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y el alcalde José Luis Martínez Almeida. Dos incondicionales de la realeza, aduladores militantes, incluso uno de ellos inminentemente emparentado, ni que sea por la pedrea, con la saga Borbón: Almeida se casará pronto con la joven Teresa Urquijo, familiar política lejana de los royals. Hay que decir que Almeida ha hecho un favor importante a su futuro recontracuñado o como se llame; ha hecho olvidarnos de los semblantes de los monarcas en crisis porque su aparición ha sido espeluznante. Un horror. Vaya cuadro, qué look.
Almeida es un solterón empedernido que ha encontrado pareja en las postrimerías del partido, para entendernos. Lo dice él y lo afirma su entorno, incluso con detalles que no hacían falta, como saber qué tiene marchito y putrefacto dentro de la nevera. Vive con lo imprescindible para ir tirando, cosa que podemos hacer extensivo a su armario. No falla, siempre la misma combinación, empezamos a pensar que la única: traje azul con americana, camisa blanca, corbata verde. No hay más. Pero el problema no es la insistencia, es que el aspecto es siempre dejado y desastroso. Todo está mal, en proporciones, aspecto... no, no, no. Hoy ha repetido el despropósito, impresentable. Alguien le tendría que recomendar un par de cosas. Seguro que tiene un asesor de imagen, pero pasa de él como de la viruela. El hombre, o la mujer, debe estar de baja por depresión.
Una voz autorizada en la materia, en la moda y el protocolo, es todavía más clara y contundente en su sentencia al alcalde de Madrid. Patrycia Centeno, colaboradora de TV3, lo considera prácticamente "una injuria a la Corona". Todo el sarcasmo del mundo para no tener que arrancarse los ojos. "El de Armengol y Ayuso pasan como atavío de pajes reales; pero lo de Almeida..." El problema del alcalde no es tener una percha más o menos favorecedora. Va mucho más allá. Un sencillo botón lo delata. Tiene mucho trabajo por delante, si no quiere que Teresa un día se despierte del sueño de enamorada... y salgan los títulos de crédito. Fin. Bye bye. Soltero otra vez.