Este viernes que empiezan los Juegos Olímpicos de París, con la ceremonia de inauguración, es bueno analizar el acontecimiento desde la parte sentimental. O directamente, erótico-festiva. Porque aparte de ser deportistas y competir, a menudo en estas grandes citas nace el amor. O cualquier otro tipo de relación humana, en los campos de entrenamiento, en las pistas, piscinas o estadios, o sobre todo, en los pasillos y habitaciones de la villa olímpica. Una villa con capacidad para 14.5000 atletas, que llenarán los 3.000 apartamentos y las 7.200 habitaciones. Imaginen qué puede salir de allí. Previendo que habrá más de una y de dos llamadas a puertas ajenas, juventud, divino tesoro, y además, atletas con cuerpos trabajados, la organización ha repartido ni más ni menos que 300.000 preservativos de forma gratuita, por lo que pueda pasar, además de lubricantes y geles íntimos. Si hacemos cuentas, sale a unos 21 preservativos por cabeza... Teniendo en cuenta que son 17 días de competición, ahí es nada...
No sabemos si Carlitos Alcaraz utilizará los preservativos o lubricantes que le correspondan o si no estará por la labor. El tenista murciano es una de las grandes esperanzas de la delegación española a obtener medalla, ya sea en solitario, en la competición individual, o haciendo pareja con Rafa Nadal. Una pareja explosiva, todo lo contrario que su vida sentimental, donde de momento está soltero y sin compromiso. Hace tiempo que no tiene pareja, motivo que lo acredita como uno de los solteros de oro de la delegación española, tal como destacan en Vanitatis. ¿Caerá en la tentación el guapo y simpático tenista de El Palmar? Estaremos atentos. A un posible affaire suyo o de otros. De momento, los que enamoran en la villa olímpica son una pareja que aterriza en París con su amor consolidado. Una pareja de deportistas españoles, guapos, talentosos y que esperamos que tenga éxito en la vertiente profesional, como lo tienen en la vertiente personal.
Hablamos de Noemí Romero y David Vega, que han hecho historia en la gimnasia olímpica al ser los primeros españoles en participar en los Juegos en la modalidad de trampolín, una modalidad que desde que se estrenó en Sidney 2000, hace 24 años, estaba huérfana de representantes españoles. Noemí y David, radiantes y expectantes, en su participación en París, que comparten villa olímpica y que seguro que van a su cita con las medallas como mínimo, más enamorados que el resto.
Veremos si con la fuerza de su amor consiguen medalla.