El inicio de 2025 ha traído una crisis inesperada en la relación entre Alejandra Rubio y Carlo Costanzia. A tan solo tres semanas de salir del hospital tras dar a luz a su primer hijo, la hija de Terelu Campos y su pareja atraviesan un momento de tensión que ha requerido la intervención de sus familias para evitar que el conflicto estalle.

Carlo Costanzia sueña con la televisión

El desencadenante de esta discusión ha sido el interés de Carlo Costanzia en iniciar una carrera televisiva propia. Su objetivo es participar en programas de telerrealidad como Supervivientes o Gran Hermano Dúo y labrarse una imagen pública independiente sin depender de la sombra mediática de Alejandra Rubio. Sin embargo, esta idea ha chocado de frente con la postura de Alejandra, quien considera que el mundo televisivo debe ser exclusivamente suyo.

Alejandra, que lleva años trabajando como colaboradora en televisión, no ve con buenos ojos que su pareja se adentre en ese universo, especialmente ahora que ambos han iniciado una nueva etapa como padres. Para ella, la tranquilidad y estabilidad familiar son prioritarias, y teme que la participación de Carlo en este tipo de programas pueda afectar negativamente a su vida personal y mediática.

Alejandra busca estabilidad tras ser madre

Después de un embarazo mediático y unas semanas complicadas tras el parto, Alejandra Rubio ha dejado claro que su prioridad es su bebé y la calma en su hogar. No quiere que su vida familiar se convierta en un plató de televisión ni que su relación con Carlo se transforme en un espectáculo mediático. Fuentes cercanas a la pareja aseguran que Alejandra habría pedido expresamente a Carlo que descarte sus planes televisivos, al menos por el momento. Para ella, la exposición pública que conlleva un reality show supondría una presión innecesaria en un momento que debería estar centrado en disfrutar de su maternidad.

Un futuro incierto para la pareja

Este conflicto ha puesto en evidencia las diferencias de visión entre Alejandra y Carlo sobre su futuro personal y profesional. Mientras uno sueña con las luces y las cámaras de los realities, la otra desea mantener su vida bajo control, sin sobresaltos mediáticos. El tiempo dirá si esta crisis es solo una piedra en el camino o el principio de una ruptura más profunda. Lo que está claro es que este 2025 ha arrancado con más tensión que calma para Alejandra Rubio y Carlo Costanzia, y los próximos meses serán decisivos para saber si lograrán superar este desencuentro o si, por el contrario, sus caminos tomarán direcciones opuestas.