El 2023 fue el año de las rupturas, pero en el 2024 se lleva la corona para ser el año el baby-boom indiscutible. Y no estamos hablando de embarazos de parejas que todo el mundo esperaba, nos referimos a bebés inesperados y maternidades que no veíamos venir. Sí, hablamos ni más ni menos que de Alejandra Rubio, a la ganadora a la exclusiva más surrealista de la historia. La hija de Terelu Campos anunciaba su embarazo de cuatro meses de Carlo Costanzia, el hijo de Mar Flores, con quien tan solo hacía cinco meses que estaba saliendo, todo muy fuerte. Desde el minuto uno, la más joven de las Campos ha sembrado la polémica entre la familia: Terelu y Mar Floras, dos enemistadas, se convertían en abuelas, mientras ella aparecía fumando en un yate de 12.000 euros la semana. Un embarazo idílico que tan solo acababa de empezar... atentos.
Estaba claro que no estamos hablando de un hijo o un nieto muy esperado, de hecho, el día en que la joven pareja decidía dar la exclusiva se viralizaba una imagen de Terelu Campos que representaba perfectamente su mood. Desde entonces, digamos que ni Alejandra Rubio ni Carlo están llevando demasiado bien la fama, eso de haber cobrado una fortuna para la portada y ser el centro de todas las tertulias no es su punto fuerte. Confiaban en pasar desapercibidos y no, son los protagonistas de todos los titulares, y lo seguirán siendo hasta el gran nacimiento. La nieta de María Teresa Campos está pasando por la mitad del embarazo, sin embargo, en su última aparición pública ha respondido a unas de las decisiones más importantes como madre de la futura criatura.
Alejandra Rubio visitaba el pódcast de Nagore Robles, La Casa de mi Vecina, donde ha podido conversar con varios rostros como la colaboradora y German, un exreportero del universo Sálvame. El capítulo entero se encuentra en la plataforma de Podimo, pero tan solo con el primer fragmento que han publicado ya nos ha dejado bien clara su decisión: intentará alejar a la criatura de todo el foco mediático, nada de publicar su cara por la red, ella ha asegurado como mucho que su hijo o hija (ya que todavía no conoce el sexo) no saldrá a sus publicaciones de Instagram. Pero todos sabemos que su grado de credibilidad para cumplir las promesas es nulo. Hace sol unos meses juraba y perjuraba que no viviría de exclusivas y le faltaron piernas para correr a la revista ¡HOLA!, y hacer una sesión de fotos para anunciarlo. En fin.
Además, en este fragmento podemos ver qué camino profesional quiere seguir a partir de ahora que ya no tiene sentándose como colaboradora de Así es la Vida. Entre la conversación, justo cuando le hacen la anhelada pregunta sobre la exposición del bebé, ella empieza haciendo un pequeño apunte "Aparte que no soy muy de redes yo... Sí, 'influmierder' pero, ahora me tengo que poner las pilas, voy a ver si... tomo un camino un poco más tal... más redes, menos corazón" Mentira y más mentira. Dice que no es muy de redes sociales cuando cuenta con más de 300 000 seguidores, que ya están deseando ver la cara de la criatura, porque sí, tenemos claro que acabará nutriéndose de sus propias mentiras y lo enseñará a todo el mundo, volverá a romper el deseo de que Terelu Campos tenía con ella: que fuera una chica anónima. Pues bien, la historia se repite, a ver si la misma Alejandra cumple el primer paso y no enseña su rostro.
Eso sí, ahora, quizás ya optará por no aparecer en las tertulias y hacerse un sitio entre el gremio de influencer, tal como lo han hecho otros ex de Telecinco como Violeta o la misma Nagore. Con Alejandra Rubio, todo está por ver, excepto la verdad.