Alejandra Rubio ha tomado una decisión que no solo afecta a su vida personal, sino también a la economía de toda su familia. La hija de Terelu Campos, quien recientemente se convirtió en madre de Carlo Jr., ha dejado claro que no hay planes de boda con Carlo Costanzia, una noticia que ha caído como un jarro de agua fría para su entorno. Desde que se conoció su relación con el hijo de Mar Flores y, más tarde, su embarazo inesperado, la prensa rosa ha estado al acecho, esperando el momento en que la pareja diera el siguiente paso.

Sin embargo, Alejandra ha frenado en seco cualquier intención de formalizar su relación, asegurando que ni ella ni Carlo ven necesaria una boda en este momento. “No, ahora mismo no. Que no, que no. Yo ahora tengo muchas cosas en la cabeza, él también y estamos fenomenal. No hacen falta ciertas cosas", afirmó la joven en sus recientes declaraciones a ‘Europa Press’, dejando claro que los planes de boda no están sobre la mesa.

Las Campos se quedan sin su gran golpe mediático

El rechazo de Alejandra Rubio a pasar por el altar ha desmoronado un negocio plagado de ceros que su familia ya daba por hecho. El clan de las Campos, con Terelu a la cabeza, tenía todo planeado: una exclusiva por el anuncio del compromiso, una serie de reportajes sobre los preparativos y, finalmente, un contrato multimillonario para la publicación de la boda en exclusiva. Siguiendo la línea de otras grandes bodas mediáticas, como la de Tamara Falcó o Belén Esteban, la de Alejandra Rubio y Carlo Costanzia podría haberse convertido en uno de los eventos más rentables del año. Sin embargo, la negativa de la joven ha echado por tierra todos estos planes, dejando a su madre, su tía Carmen Borrego e incluso a su suegra, Mar Flores, sin el ansiado negocio que podía haber salvado su presencia en los medios.

Sin boda y sin exclusiva: un revés financiero inesperado

Alejandra ya había mostrado su resistencia a convertir su vida privada en un espectáculo mediático, especialmente tras el nacimiento de su hijo. Su rechazo a vender la exclusiva del parto ya causó fricciones en su entorno, pero lo de la boda supone una verdadera crisis para la economía familiar. Con las Campos viendo cómo su reinado en la televisión se desvanece y con Carmen Borrego y Terelu Campos luchando por mantenerse en la palestra, la posibilidad de monetizar la boda de Alejandra Rubio era vista como una inyección financiera imprescindible.

Pero la joven ha sido tajante: su vida personal no está en venta. Por ahora, Carlo Costanzia y Alejandra Rubio seguirán viviendo su relación a su manera, sin contratos de exclusivas ni compromisos forzados. Una decisión que deja a su familia sin su soñada mina de oro, pero que, al menos para ella, significa tranquilidad y libertad. Lo que es seguro es que este revés financiero tendrá consecuencias en la dinámica de las Campos, quienes ahora tendrán que buscar otro plan para mantenerse en la cresta de la ola mediática.