Desde pequeña, Alejandra Rubio fue criada bajo la atenta mirada de su madre, Terelu Campos, quien soñaba con verla brillar en los círculos más exclusivos de España. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta. A pesar de los intentos de Terelu por acercarla a la aristocracia, los hijos de las familias más influyentes del país no quisieron saber nada de ella, viéndose relegada a un mundo muy distinto del que su familia soñaba para ella. La estrategia de Terelu fue clara: inscribir a su hija en el prestigioso colegio Santa María de los Rosales, el mismo donde estudiaron el rey Felipe VI y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. La presentadora estaba convencida de que, con las conexiones adecuadas, Alejandra podría encontrar un compañero con apellido ilustre y asegurar su acceso a la élite.

Pero los jóvenes de la alta sociedad no mostraron interés en la hija de Terelu. Su vinculación con el mundo del entretenimiento y de la prensa rosa española hizo que muchas familias de renombre la vieran como una influencia poco deseable. Los apellidos de la aristocracia prefieren preservar su legado sin verse salpicados por la exposición mediática que rodea a las Campos. Como resultado, la colaboradora de ‘Vamos a ver’ nunca logró integrarse en esos exclusivos círculos sociales.

Relaciones frustradas y el descontento de la madre de Alejandra Rubio

A lo largo de los años, Alejandra Rubio ha tenido varias relaciones sentimentales, pero ninguna ha contado con la aprobación de su madre. Mientras Terelu soñaba con verla al lado de un joven de renombre y con títulos nobiliarios, la realidad fue muy distinta. Desde su noviazgo con Álvaro Lobo, vinculado a la noche madrileña, hasta su actual relación con Carlo Costanzia, Alejandra ha preferido seguir su propio camino.

Uno de los episodios más duros para Terelu fue cuando su hija intentó salir con el hijo de un amigo cercano del rey Felipe VI. Lo que parecía la oportunidad perfecta para introducirse en la alta sociedad terminó en un rechazo fulminante. La familia del joven se opuso rotundamente al vínculo con Alejandra, pues consideraban que su imagen pública podría afectar la reputación de la familia. Este rechazo fue un golpe duro para la presentadora, que soñaba con un yerno que consolidara el apellido Campos en la jet set española.

Carlo Costanzia: el yerno que Terelu Campos nunca quiso

El golpe definitivo para las aspiraciones de Terelu llegó con Carlo Costanzia, el actual novio de Alejandra. Aunque proviene de una familia con cierto renombre, es hijo de la exmodelo Mar Flores, su historial de problemas con la justicia y su linaje alejado del mundo de la nobleza lo convierten en todo lo contrario al príncipe azul que Terelu imaginaba para su hija. A pesar de los rumores y las críticas, Alejandra ha dejado claro que su amor por Carlo está por encima de los deseos de su madre. Sin embargo, las fuentes cercanas aseguran que Terelu no se ha rendido del todo, y aún mantiene la esperanza de que Alejandra recapacite y elija un compañero más acorde con sus aspiraciones. Mientras tanto, los círculos más selectos de España han dejado clara su postura: Alejandra Rubio no es una de los suyos y no lo será jamás.