El cantante de mariachis y rancheras Alejandro Fernández es una celebridad internacional, triunfa en su México natal pero también en el extranjero. Forma parte de una saga de artistas muy prolífica y reconocida, con un punto innegable de divismo que ni puede ni quiere esconder. Le va bien a la leyenda del personaje. Algunas de sus excentricidades, sin embargo, no son demasiado ejemplares. Como salir bebido de forma escandalosa en un concierto mientras actuaba conjuntamente con su hijo Álex. Un episodio por el cual le acaban de preguntar desde su próximo destino artístico. Por si acaso, claro.
'Jaleos' entrevista al artista de Guanajuato, de 51 años, quien quiere pasar página reconociendo la evidencia: iba pasadete. "Espero que nunca vuelva a pasar. Es algo que no hice a propósito ni lo tenía planificado. Simplemente me ganó la emoción". El equivalente al "me vine arriba" castellano, vaya. Veremos si controla más en las siete actuaciones cerradas de la gira por el Estado español, la próxima primavera y verano. El nombre del tour apela a sentimientos concretos: "Amor y patria". La suya es la mexicana, pero como está de promoción le valdría México, Noruega, Indonesia o España. Con un matiz, sin embargo: hablando del Estado le ha salido un ramalazo españolista rancio y antiindepe.
Alejandro Fernández y su particular manera de conocer España
La concepción de España de Fernández parece limitada. "Cañas y tapas" y poca cosa más. No domina su diversidad, historia, lenguas y culturas. Y mira que dice que cuándo aterriza en Madrid "me encanta salir a conocer, a caminar, simplemente, a comer a un buen restaurante, echarte una cañita, unas tapas... Me fascina la cultura española. Lo disfruto, de verdad, cada vez que voy. Voy cada año a España como visitante". Pues no le está sirviendo de mucho, porque no, amigo, no todo el mundo se siente un españolazo de tomo y lomo. Y no son peores personas, mira por dónde.
Fernández, el mariachi antiindepe: "No tienen madre"
Tenemos que decir, eso sí, que hay alguien que pincha a Alejandro para sacar petróleo. Hay preguntas y preguntas, como la del periodista: "En España no está demasiado bien visto ser patriota. ¿Qué le diría usted a esos españoles que tienen a su tierra en un segundo lugar de su corazón?" Cuánta inocencia. Apunten lo que dice el mexicano: "A las personas que no aman en su patria las diría que no tienen madre". Pues mira, también la tienen los que quieren más a Catalunya, el País Vasco o Galicia que a España. Y bien buenas que son. Quizás alguna va a verlo y todo el próximo 27 de junio en Barcelona, le puede explicar su teoría.
Mucho mundo, pero poco aprovechado.