Pocas personas hay en el país con la capacidad comunicativa que tiene él, los conocimientos, la empatía, el saber cuándo hablar, el saber cuándo callar, el sentido del humor, la prudencia, el decir lo que le salga del moño, la sonrisa y la bondad que tiene Àlex Corretja. Normalmente, los comentaristas deportivos o son exdeportistas que eran muy buenos en lo suyo, cuando jugaban, pero que hablar no se les da tan bien, o al revés, son excelentes comentaristas, pero como aficionados, sin haber estado anteriormente en la misma situación que de deportistas. En él, sin embargo, se reúnen las dos condiciones: fue uno de los grandes de nuestro tenis y es indiscutiblemente el mejor comentarista de la televisión, aportando su propia experiencia a cada comentario que hace, trufándolo de unos conocimientos envidiables.

A menudo, sin embargo, por motivos obvios, el bueno de Àlex ha tenido que entrevistar a colegas de profesión, nuevas generaciones de tenistas, que en algunos casos son más que eso, son amigos y gente que se quiere y que le ha hecho pasar muy buenos momentos. Y él, extrovertido, espontáneo y muy sentido, a menudo se emociona... y nos emociona. Cuando ha vivido algún hito de algún tenista top, enloquece en antena y nos hace vibrar con su pasión. Pero al revés también pasa: cuando alguna cosa le toca la fibra, sentimentalmente hablando, lo conmueve y lo hace estar alegre, pero al mismo tiempo triste, también nos pone la carne de gallina. Como ha vuelto a hacer. Àlex, todo emoción, todo sentimiento, todo dejarse ir.

¿Con motivo de qué? De la retirada del mejor deportista español de la historia, el indiscutible número 1 del país con respecto a palmarés y a años triunfando donde ha dejado a todo el mundo boquiabierto. Rafa Nadal ha dicho adiós de manera definitiva. Después de perder su último partido jugado, en la Copa Davis, contra un holandés, ha colgado las botas, o en su caso la raqueta, y ahora sí que sí, ya se ha retirado de las pistas de manera oficial. Atrás quedan muchos años, desde que lo vimos de jovencito, haciendo añicos los registros. Mito de la tierra batida, casi tan famoso y venerado en Francia como la Torre Eiffel, veintidós Grand Slams (14 Roland Garros, 2 Wimbledon, 2 Open de Australia y 4 Open USA), 92 títulos ATP, exnúmero 1 del mundo, y alguien que nos ha regalado tardes de gloria, especialmente jugando contra sus dos grandes rivales, y en el caso de Roger Federer, amigo, el suizo y Novak Djokovic. El de Manacor se retira y deja a los fans huérfanos. Todo el mundo ha dicho la suya, como precisamente un Federer que emocionaba con un sentido mensaje:

Aquí vemos justamente a Àlex Corretja al lado de Rafa Nadal. Un Rafa Nadal que ahora que ha dicho adiós de manera definitiva, le ha hecho saltar las lágrimas a Corretja, y de rebote, a nosotros. Emocionadísimo, le ha costado empezar a hablar a la hora de dar su agradecimiento eterno a la leyenda de este deporte:

No se puede ser más sincero, conmovedor y humano que Àlex. Él le agradece con sus palabras todo lo que le ha hecho sentir Nadal a él, "eternamente agradecido". Pues nosotros estamos eternamente agradecidos a él, un tipo sensacional que nos alegra y emociona a los que nos gusta ver el tenis por la tele oyendo sus palabras.