El expiloto de motos nacido en Seva, comarca de Osona, está de promoción del nuevo canal #vamos de la cadena de pago Movistar+. Y como siempre que un cantante, presentador o persona popular catalana pasa por un diario como El Mundo, le toca no sólo la pregunta sobre el procés sino que el titular sea sobre el procés. Un peaje que Àlex Crivillé ha pagado como todos los peajes: con desgana. Pregunta: "Usted ha tenido que representar muchas veces a España. ¿Cómo ha vivido el conflicto catalán?". Respuesta: "Yo lo he vivido bien, porque yo respeto a todos. Creo que, con respeto, se va a todas partes. Soy español y hay que respetar también a los catalanes. Es un conflicto político difícil y yo prefiero no entrar". Una contestación como la personalidad del piloto: insípida. Un buenazo que no quiere problemas.

El diario le repregunta porque no tiene el titular que quiere. Pregunta: "Espero que su familia no sea una de las que se han visto fragmentadas por el independentismo". Respuesta: "No es el caso, no.". Y fin de la entrevista. Antes el piloto reconoce que se pasó 3 meses llorando cuando abandonó la competición, que lo salvó su contacto con caballos, no los de las motos sino los animales de verdad, y que él no sufrirá la ruinba económica de Arantxa Sánchez Vicario porque "está bien asesorado"

A la típica pregunta de si tiene multas por exceso de velocidad y si mantiene los puntos del carné, Crivillé responde afirmativamente a las dos y poca cosa más. Manual de cómo el procés sirve para tapar una entrevista sin grandes titulares. Y que su cadena, que ha fichado también a Susana Guasch, hija del ministro de deportes de Tabarnia, no se enfade.