Alessandro Lequio y Ana Obregón hace meses que luchan sin descanso contra el cáncer de su hijo Álex. Desde que fuera diagnosticado que han movido cielo y tierra para que se recupere. Incluso se instalaron en Nueva York para que el hijo pudiera recibir tratamiento en el Sloan Kettering Center, uno de los hospitales oncológicos más importantes del mundo. Más adelante cambiaron Nueva York por Nueva Jersey y ahora ya vuelven a estar en Madrid.
Parece que Álex Lequio ya se empieza a encontrar mejor e incluso se anima a hacer bromas en las redes sociales sobre su enfermedad. Ahora habla en la revista ¡Hola!. En una entrevista que han publicado hoy mismo, Lequio explica que se enfrenta al cáncer con humor. Pero llegar a este punto no ha sido fácil psicológicamente: “Cuando me pasó esto me di cuenta de que no podía confiar en que después de este tren fuera a pasar otro. Ahora estoy como loco intentando saltar y subirme a cada uno que pasa”.
El único hijo que tienen en común Alessandro Lequio y Ana Obregón explica que no pierden la sonrisa, por mucho que pueda parecer difícil: "Somos una familia que nos reímos de todo y así vamos a continuar". Álex intentó sobreponerse a la enfermedad con un sentido del humor muy negro: “A veces me ponía a temblar o a hacer cosas raras de broma, para asustar a mi madre”. También bromea sobre su imagen. “A mí, mirarme al espejo y parecer un reptil me hace gracia”, dice.
A pesar de le queda mucho camino por recorrer, Lequio envía un mensaje cargado de positivismo. Asegura que el cáncer no es sinónimo de muerte, sino de vida, porque los pacientes aprenden a vivir cada día como si fuera el último. Y aunque su situación es complicada, sabe encontrar la parte buena: "“No hay acontecimiento sobre la faz de la tierra, ni siquiera una guerra nuclear, que pueda unirnos más”. Los Lequio Obregón más unidos que nunca para conseguir que el hijo gane la batalla.
Y mientras espera que llegue el día del alta médica, Lequio desea normalizar la palabra cáncer. “Me gustaría incluso vulgarizar la palabra cáncer, para que la gente lo vea como un simple diagnóstico más”. Álex Lequio todavía tiene camino para recorrer. Siempre con una sonrisa.