Álex Lequio falleció el día 13 de mayo. El único hijo en común de Ana Obregón y Alessandro Lequio perdió la vida a los 27 años, víctima de un cáncer que le había sido diagnosticado dos años antes. Atrás dejaba devastados a sus padres, su novia Carolina Monje y sus dos hermanos (sólo por parte de padre) Clemente y Ginevra Ena. Con las semanas, la actriz se ha dedicado guardar y ordenar sus cosas. Y ha hecho algún hallazgo. Como el último texto que el joven empresario estaba escribiendo para sus seguidores de Instagram, pero que nunca pudo acabar de redactar ni llegó a publicar porque la enfermedad se lo llevó antes. Esta tarde, dos meses y medio después del trágico final de Álex, la artista ha decidido compartirlo públicamente.
"Hace un mes encontré en tu móvil el último post que escribiste. No tuviste tiempo de terminarlo ni de subirlo. He dudado mucho si hacerlo, pero sé que tú querías hacerlo. Hoy lo comparto con todos vosotros de parte de Áless desde el corazón mutilado de una madre", anuncia Obregón en su propia cuenta. El texto es un mensaje inacabado de su hijo sobre la necesidad de entender lo que es verdaderamente importante a la vida, más allá del trabajo, los estudios o el dinero: las personas, los amigos, la familia... "El problema más grande del ser humano - y el mío hasta que me dijeron que tenía cáncer - es la manera de entender la felicidad, de ser feliz. Me he pasado 27 años de mi vida intentando ser el mejor estudiante, graduarme en la mejor universidad , montar empresas y sentirme un cowboy del capitalismo, siempre anclado en el ‘más es mejor.’ Todo precioso y bonito hasta que un día te dan la noticia y no sabes cuantos meses te quedan de vida. En un abrir y cerrar de ojos, te das cuenta de la importancia del tiempo. Mejor aún, te das cuenta cómo y con quien quieres invertirlo. ¿Cuántas veces no he estado con mi novia por quedarme enviando correos hasta las 3 de la mañana? ¿Cuántas veces he ido a jugar con mi hermanita pequeña? ¿Cuántas veces habré ido a ver a mi madre? ¿Cuántas la he colgado? ¿Cuántas invitaciones rechazadas al cine con mi padre? ¿Cuántas?", redactó Lequio antes de morir.
"No soy nadie para darte un consejo pero quizás, Dios no lo quiera, un día recibas una llamada del hospital después de hacerte un tac, una placa o un análisis de sangre, invitándote a cerrar una cita con urgencia. Quizás ese día se sienten 7 médicos delante de ti y bum, todas esas metas por ser un as se evaporan. Al final solo te llevas el tiempo y el amor que has dedicado a las personas que quieres, a las qué ...". Las palabras de Álex acaban aquí. No tuvo tiempo de escribir nada más. Su madre reacciona a las hasta ahora desconocidas líneas de su hijo: "Mi Aless , ojalá lo hubiera leído antes de que partieras para decirte que has dado tanto amor en esta vida; a tus amigos, a tu novia, a tu familia y sobre todo a mí, que necesitaría un millón de vidas para agradecértelo". Una lección de vida.