La mejor jugadora del planeta se merecía un final de temporada a la altura de su talento y después de todo el calvario que ha vivido durante casi un año por culpa de su lesión. Si bien es cierto que Alexia Putellas no jugó más que unos minutos en la final de la Champions femenina contra el Wolfsburgo, en Eindhoven, pudo pisar el césped y minutos después, cuando el árbitro silbó el final del partido, abrazarse con sus compañeras de vestuario y alzar con ellas la tan esperada segunda orejuda de la historia azulgrana.
Y después de una celebración como esta, el colofón, la guinda del pastel, ha sido la manera como ha empezado a celebrar y disfrutar de unas merecidísimas vacaciones antes de saber si el seleccionador español, Jorge Vilda, la convoca para disputar el próximo Mundial que se juega en Australia y Nueva Zelanda en unos días. Y la mejor jugadora del mundo, y por extensión, del Barça, no podía tener sino unas vacaciones de traca. ¿A dónde ha ido? A uno de sus destinos preferidos, la preciosa isla de Ibiza, donde el año pasado ya se dejó caer unos días y donde disfrutó de cuatro cosas que la vuelven loca aparte del fútbol: relax, solecito, bañitos y una buena compañía. Sean amigos o familia, Alexia se ha rodeado de gente a la que quiere y para ses illes falta gente, todos a bordo de un yate, sonrisa y cara de felicidad absoluta y dispuesta a exprimir al máximo las bondades de un destino como el que ha escogido. Imágenes en la cubierta, risueña, pasándolo bien y poniéndose morena, al lado de amigos o de su madre y su hermana, a las cuales adora. Y para dar la bienvenida a las vacaciones, la capitana del Barça lo ha hecho con un bikini que se agotará en las tiendas, espectacular estampado a rayas negras y blancas. La cebra del Barça, maravillosa.
Se merece esta felicidad y mucha más. Igual que el resto de sus compañeras de vestuario. Alguna de las cuales también ha escogido Ibiza como su primer destino para desconectar en buena compañía. Por ejemplo, Mapi León e Ingrid Engen. La defensa y la centrocampista también han hecho las maletas hacia allí, donde se están regalando unos días de calma total, paseos en bikini por calitas que enamoran y miradas cómplices que han emocionado a la culerada. La aragonesa, luciendo un traje de baño de color verde, y la noruega, uno de estampado de colores rojos y rosas con corazones. Espectaculares imágenes en el paraíso, entre rocas.
Que disfruten. Se lo han más que merecido. Los culés, sin embargo, ya tenemos ganas de volver a verlas con la camiseta azulgrana la próxima temporada.