Alexia Rivas no levanta el vuelo. La exreportera de Telecinco se elevó como un cohete en términos de popularidad después de su escándalo sexual con el periodista ultra Alfonso Merlos, uno de los episodios más entretenidos del confinamiento del coronavirus. Dejó el programa 'Socialité' a la brava, denunciando a la productora 'La Fábrica de la Tele' y poniendo en marcha una carrera como influencer. Ahora bien, su sueño real era el de volver a los medios por la puerta grande, de la mano de su churri. Desgraciadamente, todo le salió mal, y el aterrizaje ha sido abrupto: la relación, los planos de futuro y su vuelta a la tele se han ido a hacer puñetas. A medias, vale: en vez de como presentadora, sí que es carne de los programas de chismorreo pero como personaje. Y de los 'cutres'.
La de Ponferrada tiene nuevo novio, o al menos lo tenía el 20 de febrero, cuando fueron a tomar unas cañas y copas de terrazas en compañía de otra pareja. Sin respetar ninguna distancia, ni mascarillas, ni ninguna intención de hacerlo: la covid debe ser problema de otros. Todo iba muy bien, haciéndose mimos a medida que caían las consumiciones, hasta que se complicó la noche. El chico de Rivas pierde la cabeza y se enfrenta con el otro joven de forma agresiva y pasada de vueltas. Las chicas intentan poner paz, pero el hombre está totalmente fuera de sí. Cuando se quedan solos, la situación empeora. Y la escena también. Alexia no puede detener el numerito, explicado con sorna por sus antiguos compañeros del programa, incluida María Patiño. No llegan a las manos, pero la pelea es un circo. La guinda añade más vergüencita, aunque llegue la paz: los rivales acaban dándose un abrazo con tufo a bebida espiritosa. Mucha clase, Alexia.
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Nunca sabremos que hubiera pasado si Alexia no se hubiera enredado con Merlos. Fue el inicio de su fin.