Guerra en la ultraderecha española. Tres de los personajes más siniestros: Alfonso Ussía ve censurada su columna en La Razón por su todavía director Paco Marhuenda que lo ataca en el programa de Federico Jiménez Losantos. Este miércoles la contraportada del diario del Grupo Planeta ya no tenía el artículo de Ussía, que podéis leer aquí, sino una columna de opinión de Marhuenda.
El director del diario ha explicado su versión de donde viene la guerra con Ussía: Marhuenda pasaba a escribir en la contraportada del diario y Ussía se oponía a compartir el que hasta ahora era su espacio.
Así lo explica Marhuenda en la radio: "Alfonso Ussía ha publicado durante 12 años lo que le ha dado la gana. Ha escrito artículos contra la propiedad, el Grupo Planeta, contra el fallecido y querido amigo José Manuel Lara, contra Antena 3, contra la Sexta y nunca se le dijo nada. Mi subdirector le llamó para decirle que el director, que soy yo, iba a escribir con él todos los días en la última página. Y en un ataque sorprendente dijo que no compartía conmigo la página , por lo visto es propietario de la página, y que dejaba de escribir. La polémica no tiene que ver con el coronavirus. Aunque decidió que no volvía a escribir, mandó un artículo crítico con el gobierno y le dije que contenía imprecisiones que me han desmentido".
La tesis de Planeta es que el problema no era el artículo concreto, que ciertamente no contiene nada que no diga habitualmente La Razón, sino un ataque de egolatría de Ussía. Sigue Marhuenda recordando que un artículo de Ussía acusando a Leo Messi de drogarse supuso una grave condena económica contra el diario: "Nos ha costado mucho dinero. Todo tiene un límite. Fue desleal llamándome censor en twitter. Hace mucho daño a una empresa con 200 familias. Éramos muy amigos y estoy muy dolido. En lo personal no quiero saber nada más cono él".
Ussía no se ha quedado callado. Después de llamarle a Marhuenda "censor" ahora le llama "mentiroso":
Pelea de verduleros y pescaderas en el mercado de la ultraderecha española. Y la sociedad mira agradecida el espectáculo denigrante y patético que ayuda a sobrellevar el confinamiento.