La vida de los futbolistas a veces es complicada. A veces. Incluso para sus parejas. Avión arriba y abajo, hoteles, lujos, ropa, casas inmensas en cada rincón del mundo... en fin, complicada. Un claro ejemplo de este estilo de vida es el caso de Georgina Rodríguez, la mujer - mejor dicho la chica - de Cristiano Ronaldo. En su "docureality" vemos perfectamente cómo es la dura rutina de comer jamón ibérico sin parar y comprar ropa hasta no saber contar los ceros. Muy duro. Lo que es cierto de este patrón de novias es que muchas de ellas son un simple complemento en la carrera deportiva de cada jugador. Un elemento importantísimo para mantener el estatus social de muchos de ellos: boda, hijos, mansión y vida deluxe. Para retirarse a gustito desde el sofá. Ojalá todo el mundo pudiera.

Dentro de este universo paralelo en el mundo de los grandes clubs de fútbol, conocemos a Alice Campello, empresaria, modelo, influencer y pareja del famoso futbolista Álvaro Morata - la etiqueta que la acompaña siempre, siempre - El matrimonio se conoció el año 2016 y en poco tiempo consolidaron su relación al máximo. Boda el primer año y cuatro hijos en total. Paquete completo. Eso sí, no todo ha estado de color dorado durante su relación de encanto. Dejando de lado las múltiples discusiones y crisis de cada relación - se ve que incluso los famosos también discuten, o eso dicen -. La modelo ha sacado a la luz la peor anécdota como mujer del delantero.

Violeta Mangriñan se estrenaba - como miles de influencers - en el formato pódcast hace poco de dos semanas. "Lo tienes crudo" promete ser un formato de entrevistas con el entorno de la influencer valenciana. Daba el pistoletazo de salida con su pareja Fabbio Colloricchio y en este segundo capítulo ha invitado a la pareja del futbolista. Nadie sabía que eran amigas, me parece que ni siquiera ellas lo sabían. En fin. La italiana ha asistido al pòdcast para explicar su experiencia en un estadio de fútbol. Horrorosa.

"Si fallaba un gol, me miravan como mal, y me chillavan: ¡concentración! A mí, como si fuera yo allí..." le explicaba nerviosa a Mangriñan. Qué no os engañe. Ella no tiene ni idea de lo que es un fuera de juego - a nosotros también nos cuesta - simplemente estaba cumplimiento su papel. Asimismo, la italiana aseguraba que el mundo del fútbol es complicado. Si ganan la Liga, la gana toda la familia, pero si no consiguen meter gol, también la caga toda la familia. Ley de vida. Básicamente, diríamos que se trata del precio de la fama. Violeta aseguraba contundente - y casi sin dejar acabar en Campello - que el mundo del fútbol todavía es muy neandertal. Si señora. Ella siempre con la última palabra, esta vez ha tenido suerte que esta vez, la rabia no lo ha consumido, y no ha patinado. Récord

Sin embargo, la empresaria asegura que está aprendiendo a gestionar estas situaciones tan transversales: "Puedes hacer un trabajo muy grande en ti mismo, y yo lo estoy haciendo" le aseguraba antes de narrar la anécdota. Pero nosotros desde aquí creemos que el mejor remedio para su angustia es la cuenta bancaria. El mejor trabajo en uno mismo a veces se resuelve con cifras y no con pelotas.