"Complicidad, amistad, lucha, libertad, Catalunya". Con estas palabras resumía la escritora Pilar Rahola el encuentro veraniego que ha habido este fin de semana en Waterloo. Una comida que se celebra regularmente desde que Carles Puigdemont empezó su mandato, ahora, por razones obvias, en la ciudad belga.

Al amuerzo no faltaron el presidente, la periodista, el diputado de Bildu Jon Inarritu, el senador de JxCat Xevi Matamala, el doctor Bonaventura Clotet, el cantante exiliado Valtònyc, el diputado y abogado Jaume Alonso Cuevillas y los consellers Toni Comín, Lluís Puig y Jordi Puigneró. Ambiente distendido, lejos de la vorágine del día a día político, aunque como ha dicho el mismo Inarritu, "Hoy he tenido la oportunidad de estar con diversos represaliados. Entre otras cosas, hemos hablado de la situación en Catalunya y en el País Vasco y también sobre los jóvenes de Altsasu".

@JonInarritu

También estaba la empresaria musical Gemma Recoder, que en unos Stories en su cuenta de Instagram ha dejado constancia de que el mismo Puigdemont se encargó de parte del menú, cuando menos, del alioli que acompañó la comida, tal y como se ve en esta foto, aceite y mortero en mano.

@gemmarecoder

Después de la comida, sobremesa relajada donde todos sentados, reunidos en torno al comedor, entonaban canciones muy significativas. Como el clásico de los Sopa de Cabra L'Empordà, con el presidente tocando acordes de una guitarra y cantando el famoso estribillo acompañado del resto de comensales. O Laura, el emotivo tema de Lluís Llach dedicado a la guitarrista que siempre lo acompañaba, Laura Almerich, que murió el pasado mes de junio después de una larga enfermedad. Un emocionante recuerdo de un grupo de amigos que contó con Toni Comín al piano, Puigdemont nuevamente a la guitarra y a las voces, Inarritu o Pilar Rahola.

@valtonyc

@gemmarecoder

@gemmarecoder

Como dice la letra de esta sentida canción, "a casa en medio de tantos compañeros o en un triste exilio allende los mares, nunca ha faltado tu aliento". Unas palabras que servían para homenajear a Almerich, pero que exactamente también pueden ilustrar el encuentro de amigos de este fin de semana en Waterloo.