Septiembre del 2015. Gran Hermano estrenaba su decimosexta temporada y, aunque ya presentaba evidentes síntomas de agotamiento, todavía daba los últimos coletazos, pero paulatinamente la audiencia empezaba a decir que ya estaba un poco hasta el gorro de ver a 16 jóvenes encerrados en una casa en Guadalix de la Sierra. Sea como sea, aquel año se recordará por algunos concursantes que después han seguido sacando la cabeza por Telecinco, u otros que ya cayeron en el olvido después de protagonizar algunas situaciones que tuvieron cierta notoriedad. Seguro que los fans del programa recordarán el affaire entre Han y Aritz. O la artista de circo Niedzela. Aunque los que tuvieron más éxito fueron Suso, la ganadora, Sofía Suescun, o su madre, Maite Galdeano. También Marta Peñate, que después ha ido a La isla de las tentaciones.
Quedémonos, sin embargo, con la joven rubia que está sentada en el sofá, la primera empezando por la izquierda. Se trata de Amanda Rodríguez, una universitaria de Málaga, estudiante de Marketing e Investigación de Mercados en la universidad de la ciudad andaluza, que aterrizaba en la jaula de los ratoncitos, como decía el maestro Monegal, definiéndose, a ella misma como "toda una diva que de rubia tonta no tenía ni un pelo". Sin complejos y admitiendo que en su cuerpo quedaba poco de "natural", característica por las extensiones de su pelo y su lengua afilada, que no se callaba ni una, no acabó de enamorar a la audiencia del programa, y acabó siendo la séptima expulsada de su edición.
Después de su paso por la casa, fue algunos días a diferentes programas de Telecinco, pero su presencia mediática fue disminuyendo. Algunos medios, como Telecinco, explican que un año después de su presencia en el reallity, "Amanda encontró el amor en un apuesto catalán que bebe los vientos por ella. Se llama Eduard, es especialista en marketing olfativo y vive a caballo entre su tierra natal y la tierra de su querida Amanda. Con Amanda comparte su pasión por los animales, especialmente por sus perros y, como detalle especial, en sus redes sociales ha dejado ver su gusto por el independentismo catalán". No sabemos si sigue teniendo el mismo gusto por el independentismo catalán. Pero lo que sigue volviéndola loca son las visitas al quirófano y el bisturí, porque a Amanda le encanta hacerse cuantos más retoques mejor, y se ha operado varias veces: pómulos, labios, pechos, bolsas bajo los ojos, lo que haga falta. Así era Amanda cuando entró en la casa de Guadalix de la Sierra:
Y así es ahora:
Eso sí, sigue siendo la misma mujer echá p'alante que vimos en el programa.