La residencia del clan Janeiro es la conocida finca Ambiciones, situada en el municipio de Prado del Rey a unos kilómetros de la localidad de la que Jesulín de Ubrique tomó su apellido artístico. No es una propiedad como cualquier otra, pues fue el centro de muchos de los episodios conocidos por la prensa rosa. Habría que recordar, además, los coches en peregrinación que se acercaban para sacarse fotos solo con el cartel que reza su nombre. Pero esto es cosa del pasado, hoy es un proyecto detenido y que genera estrés a Jesulín y su familia. Ambiciones empezó siendo un terreno que compró el padre de Jesulín de Ubrique, el fallecido Humberto Janeiro, en 1990. Tan solo cinco años después, estas tierras eran coronadas por una espectacular mansión. Por eso fue toda una sorpresa cuando la revista Semana publicó que el diestro había decidido sacarle provecho, la misión era alquilarla para eventos.
Esta noticia salió a la luz a finales de 2020 y todo estaba siendo cuidadosamente preparado para recibir clientes en unos meses. Incluso, se creó una web que podría facilitar la programación de los eventos y se hicieron reformas en ciertas zonas de la residencia. La idea era brillante, ya que su tamaño (2000 metros cuadrados en 700 hectáreas) y todas sus comodidades la hacen óptima.
La finca es singular, rodeada por un halo de misterio. No podría ser menos al tratarse del hogar de una de las familias más mediáticas del país. Aunado a eso, constituye una belleza natural asentada en las inmediaciones del Parque Natural de Grazalema. Sin olvidar que cuenta, a su vez, con 10 dormitorios, sala de juegos, gimnasio, plaza de toros, caballerizas y capilla. No obstante, los planes no han salido como se esperaba.
Ambiciones, el proyecto que más se le resiste a Jesulín de Ubrique
A pesar de la buena receptividad que tenía este proyecto, está detenido, así como informaba Raquel Orozco, amiga de la familia y una de las implicadas en esta planificación, a La Razón. Principalmente por todas las restricciones y cuidados que había que tener durante la pandemia por Covid-19, pese a que estaba previsto iniciar cuando las restricciones fueran cediendo y la situación mejorara. Meses después de habilitar la web, la misma desapareció sin más y no llegó a concretarse ninguna reserva. Ya han pasado más de dos años y de esto no se ha vuelto a saber nada. Se decía que podría ser un buen uso del inmueble, dado que las demás inversiones y empresas del torero parecen estar paralizadas y no tener liquidez.
Para completar, el matrimonio de Jesulín de Ubrique y María José Campanario estaba de vacaciones cuando él se empezó a encontrar mal. El equipo médico lo atendió de inmediato y notaron los síntomas de un infarto, que al final resultó ser un microinfarto. Actualmente, está delicado de salud, aunque permanece en su hogar recibiendo los cuidados necesarios para sobreponerse. Otra razón más para dejar a un lado las aspiraciones que tenía con Ambiciones.