"Los colores no son de nadie". La respuesta natural de una triunfita que ya había sido preguntada en mayo durante la entrevista en Tot es mou por escoger traje amarillo en TV3. Ana Guerra no tiene pelos en la lengua y cuando uno de los tertulianos de la mesa final, Ernest Cauhé, le requirió por su amarillo, la cantante respondió "Iré de amarillo cuando me dé la gana".
Ana Guerra volvió al programa de tardes de TV3 para promocionar su tema en solitario Ni la hora y el tertuliano Cauhé estaba de baja pero volvió a insistir a través del móvil: "Preguntadle de mi parte por qué vuelve de amarillo, si le va la marcha". Y Guerra sacó las uñas: "Dile de mi parte que se fije en mis uñas azules". Brillante.
La canaria aclara "Los colores no son de nadie o son de todos". Va de amarillo no para que se solidarice con los presos políticos sino porque le gusta, pero no tiene complejos y si alguien cree que empatiza con las familias de personas encarceladas injustamente, ya le va bien. No tiene miedo de que la malinterpreten porque ya está acostumbrada. Dentro de la academia de OT vivió otra polémica por decir que "le gustaría hablar castellano sin acento canario".
Más extraño es ir a hacer una entrevista para promocionar" la canción Ni la hora, que cantó en directo sin playback, y que media entrevista tengas una ventana abierta en pantalla con Carles Puigdemont promocionando un nuevo proyecto político. La mezcla de entretenimiento e información significa que Tot es mou habla de todo, pero no tendría que hacerlo simultáneamente. Quedó extraño. Tanto que Sálvame hizo más audiencia que Melero y Marquina.
Ah se siente, parecía decir Ana Guerra.