El arranque de la Liga de fútbol femenino ha sido uno de las más extraños de su historia. El escándalo Rubiales, el campeonato del mundo, el plante de las jugadoras e incluso una huelga han difuminado los aspectos puramente deportivos. Pero hay otra anomalía que hace frotarse los ojos a muchos aficionados, especialmente a la culerada: ver que Ana Crnogorcevic ya no viste de azulgrana, sino los colores del Atlético de Madrid. La suiza Ana Mari era un auténtico ídola, querida dentro y fuera del campo por compañeras, afición y cualquier ser sensible e inteligente. Su ausencia es gigantesca. Pero el fútbol, y la vida, también es eso: decepción y sinsentido.

La salida fue amarga. Volvió del mundial y su sonrisa y buen humor característicos se volatilizaron al poner un pie en su amada Barcelona. Vio que el club ya no contaba con ella, pero nadie la había avisado de esta nueva situación. La dejaron sin gira de pretemporada en México y, consciente de que el panorama era negro, salió al mercado y evidentemente no le faltaron ofertas. La del equipo colchonero la convenció y, de un día para el otro, hacía las maletas y ponía rumbo a la capital de España. El corazón culé se resquebrajó, pero no más que el suyo. Su despedida, emocionada y sincera: "No tengo palabras. Ha sido un honor vestir esta camiseta. Barcelona era mi casa y lo sentí con todo mi corazón! Me enteré que ya de repente no sé contaba conmigo. Espero que entendáis que así no me puedo quedar aquí, que me perdoneis esto. Us estimo".

Ana Mari ha conectado con el club, con los seguidores y con el país entero desde el primer minuto. Su adaptación a Catalunya es modélica, tardó tres meses en empezar a hablar catalán, idioma que ha defendido mucho más que algunos "locales". Le pirran la ciudad, las vistas, el estilo de vida. Quizás eso se menos conocido, pero también pintar cuadros y el café. El bueno, claro. Le pasa como a Alexia Putellas, Mapi o Engen, son amantes de este brebaje. 'Relevo' explica que el sueño de Crnogorcevic era montar su propia empresa del sector, cosa que consiguió en Suiza. Pero la cosa iba más allá, y de momento ha quedado en pausa. ¿De qué se trata? Es sorprendente.

Ana Crnogorcevic, enamorada del café y de Barcelona / Instagram

La futbolista quería instalar una cafetería en Barcelona. Pero no una cualquiera, no. La suya tendría un sello muy personal, tanto que la ubicación física estaría dentro de sus dominios: en la terraza de su casa. La idea recorrió su cabeza durante la temporada pasada, incluso "se pasó todo el curso buscando cafeteras, haciendo comparaciones...", explica el digital. Lástima que no tirara adelante, habría cola. El café no sería el gran atractivo del establecimiento, aquí el privilegio sería pasar un rato con una persona de su valía. ¡Ana Mari, te echamos de menos!

Ana Crnogorcevic, ídola azulgrana / Instagram