La actriz Ana Milán se ha convertido en el gran descubrimiento de muchas personas estos días en las redes sociales. Para amenizar el confinamiento a sus seguidores, la artista alicantina se dedica últimamente a emitir en directo a través de Instagram, respondiendo a preguntas de sus fans, hablando de su vida privada y explicando anécdotas divertidísimas desde casa. Vídeos que ya son todo un fenómeno viral de esta cuarentena. En las últimas horas, hay uno que ha hecho especial fortuna: la historia de cuando confundió al portero de su edificio con el ginecólogo.
"Los dos se llaman Isidoro", se excusa antes de revelar que se equivocó a la hora de llamar al médico: "Le conté toda la retahíla de problemas ginecólogicos con todo detalle y le pregunté ¿qué hago? Él me contestó que no sabía cómo me podía ayudar. Miré la pantalla y vi que era el número de mi portero... colgué el teléfono queriendo morir". Pero todavía hay más: una conversación de lo más graciosa con una amiga que no sabía si había ganado un Goya, el mensaje que le envió por error a una chica que se tenía que operar de obesidad mórbida o la vez que la confundieron con la presentadora Silvia Jato.
Hacer deporte en casa, preparar pan y pasteles, mirar series en Netflix y seguir las historias de Ana Milán. Pocas maneras más entretenidas para pasar el rato durante el confinamiento.