El drama colectivo que vive España con el asesinato a sangre fría de dos criaturas de 1 y 6 años a manos de su padre en Tenerife traerá cola. No sólo porque sucede en pleno debate de la violencia vicaria con Rociíto: uno de los cónyuges haciendo daño al otro a través de sus hijos. También por el dolor inmenso de dos niñas muertas cuyas caras han salido cada día a todas horas por si alguien las localizaba. Niños muertos es lo peor que lleva una sociedad y a una madre que ha visto muerto su hijo le despierta todo el dolor. Como la madre del caso Bretón o en otro orden, Ana Obregón
Ana Obregón, devastada por la muerte de la madre y el hijo el último año, dedica un texto feroz, airado, escrito con los intestinos, al doble crimen de Tenerife. Carta abierta a la madre de las niñas: "Querida Beatriz, he seguido tu historia de esperanza y valentía desde el principio de esta tragedia. Solamente pido que ese cabrón, sí: cabrón y asesino, esté vivo. A los mierdas hay que llamarles por su nombre.Y si la justicia fuera justa cuando le cojan que no entre en la cárcel unos años como hacen con todos los asesinos de sus hijos,sino que deberíamos lapidarle entre todos y yo tiraría la primera piedra".Obregón quiere la pena de muerte y apretar ella el botón.
Obregón, dolida y de derechas, acaba avisando en todos los que le envían pésames por la muerte de Alex Lequio: no sirve de mucho: "Y a ti , querida Beatriz, poco puedo decirte, porque no hay consuelo. Cuando una madre pierde un hijo nos entierran en vida. No voy a pedirte que seas fuerte, ni que pienses que está en el cielo, ni todas esas cosas que nos dicen con cariño pero que no nos ayudan en nada. Solamente puedo mandarte todo mi amor y decirte que no estás sola. Toda España está contigo y somos muchas las madres que han perdido a su hijo y que lloramos contigo. Olivia, DEP".