La actriz Ana Obregón sigue de luto tras perder a su único hijo, Álex Lequio, en mayo del 2020 en Barcelona tras dos años de lucha contra el cáncer. Un duro revés que tuvo lugar hace ya ocho meses y que la artista sigue intentando superar. Pues la vida de Obregón ha cambiado muchísimo y ahora no tiene ganas de absolutamente nada. Tanto es así que a mediados de noviembre, cuando concedió su primera entrevista tras la muerte de su hijo con 27 años, reconoció que se había planteado quitar la vida. Y es que la actriz está completamente rota, ahogada por el dolor.
Una delicada situación de la que volvió a hablar el 31 de diciembre, cuando presentó las Campanadas de TVE junto a Anne Igartiburu. Una aparición en la pequeña pantalla, por cierto, por la que supuestamente se llevó cerca de 35.000 euros. La actriz, mirando al cielo, no dudó en mandar un beso a su hijo Álex, emocionando a todos los espectadores que decidieron acompañarla para dar la bienvenida al año nuevo. El momento fue este:
Desde entonces, Ana Obregón se ha refugiado en su casa y no ha vuelto a salir, como lleva haciendo desde que su hijo perdiera la vida. Hasta día de hoy. Así se puede ver en la revista Semana del miércoles 27 de enero, donde se publican fotografías de Obregón. Unos impactantes retratos que demuestran que la actriz, rota por el dolor, no es la que era. Muy desmejorada, despeinada, con la mirada triste y perdida y luciendo un chándal negro de riguroso luto. De esta guisa ha sido sorprendida la ex de Alessandro Lequio.
"Ana Obregón ya se deja ver. Recupera alguna de sus costumbres". Este es el titular que aparece en la portada de dicha publicación. Pero, ¿cómo recupera sus costumbres? Pues paseando con el viento en contra mientras toma un café servido en un vaso blanco. El antes y después de Ana Obregón: de ser la mujer más buscada la noche de fin de año, a pasar desapercibida por las calles de la capital.