Ana Obregón y Alessandro Lequio aparentan normalidad pero la muerte de su único hijo destruyó la relación. Ya no eran pareja pero guardaban las apariencias y tenían un trato cordial. Aquella muerte brutal por prematura hundió para siempre la brizna de afecto que mantenían. Lequio ha estado cada mediodía en Telecinco evadiendo el tema pero el último gesto de su ex ha sido demoledor: la niña que le han dado por vientre de alquiler está registrada como Ana Lequio Oberegón. ¿Cómo? ¿Si es hija de ella, por qué lleva el apellido de su hijo? ¿No es de padre desconocido, de un donante? Ratifica la idea de que la madre biológica fue inseminada con esperma del difunto Aless Lequio. La última excentricidad de la Obregón. Alessandro Lequio podría denunciarlo. Ana siempre puede decir que es un nombre compuesto y que Lequio es nombre y no apellido.
La última vez que estuvieron juntos fue en el funeral de su hijo. Una vez más aparentaban. Ana estaba muy dolida por cómo había gestionado Alessandro la última etapa del hijo, enfermo y en tratamiento en Nueva York. Lo recuerda ABC: "Ana reveló 'Me sentí sola, muy sola. Cuando nos lo dijeron, se me cayó el mundo encima. Estaba yo sola con mi hijo. Es muy duro'. Sin ocultar su malestar con su ex, Alessandro, al que recriminó no haber estado más a su lado: 'Hubiera necesitado a alguien... Un abracito… ¡Un día abracé al portero de mi casa!".
Otro momento que reveló la tensión entre los padres del muerto fue cuando ella hizo el acto de presentación de la Fundación de su hijo y el padre, Alessandro, no puso un pie allí, ni se presentó: "Tiene Covid y fiebre. Está malísimo en la pierna le excusó Obregón. 'Estaba renqueante. Y el viernes tenía 39 de fiebre y consideré necesario y prudente quedarme en mí casa. Era un simple trancazo», explicaba posteriormente Alessandro". Lo que hay detrás es evidente: ella no soporta cómo el padre se desentendió demasiado de la enfermedad del hijo porque tenía otra hija pequeña, Ginevra, de la que eocuparse. Y él no soporta cómo gestiona el luto Ana Obregón, tres años después con permanentes muestras de luto, de dolor y de no pasar página.
La decisión de tener una hija por maternidad subrogada ha sido el último clavo: Lequio ya habló de los vientres de alquiler criticándolos duramente:"No puedo entender a la madre que vende un hijo porque, dejémonos de hipocresía, eso es vender un hijo. La madre lo hace por tener un beneficio económico. Toda la vida hablando del vínculo materno filial y ahora lo tiramos por el barro". Dicen que la muerte de un hijo impide que la relación entre sus padres siga adelante. El estropicio es tan brutal que no queda nada. Ahora ya nadie se engaña: Obregón y Lequio no se soporten.