Ana Pastor es propietaria de una empresa de verificación de noticias, Newtral, que decide si los otros periodistas hacen bien el trabajo. Persigue fake news y las delata. Una tarea que exige mucha imparcialidad y tener la casa muy limpia. Ana Pastor no la tiene. Este sábado sobre las cinco y media de la tarde se supo que Joe Biden ganaba las elecciones y la periodista de La Sexta y mujer del jefe de la cadena Antonio García Ferreras, quiso hacerse la chula publicando un tuit muy atrevido: que La Sexta eran los únicos que cortaban la programación para dar la noticia:

Ana Pastor, precipitada a La Sexta

Única TV en directo con la noticia de Biden. El tuit difundía una mentira. Era imposible que Ana Pastor supiera qué emitían todas y cada una de las cadenas de TV de España, locales, estatales, autonómicas, de TDT, por satélite, etc. Pero hizo el tuit sacando pecho. Y mintió. TVE también cortó su programación del sábado para explicar la noticia de Biden tanto en La 1 como en el Canal 24 horas. La periodista de deportes María Escario la corrige, educada pero contundente: "Perdona a Ana":

María Escario, GTRES

Escario se caracteriza por tener mala leche y se ha contenido en un tuit muy claro: "A cada cual lo suyo". El problema de Pastor es que es al mismo tiempo árbitro y jugadora. Tiene un descomunal conflicto de intereses: decidir quién hace fake news cuando ella es periodista y cae en exageraciones, imprecisiones, falsas verdades o como esta, una fake new de manual. La red dice basta al cinismo:

Newtral debe tener a todos sus empleados comprobando en qué minuto y segundo exactos cortaron la programación de La Sexta y de TVE para dar la noticia de Biden. Al final Newtral dirá que María Escario difunde fake news. Pastor, competidora y árbitro. Y a la vista de todo el mundo. No cuela.