Pablo Casado todavía debe estar pensando, a estas horas, en dos mujeres que este domingo 28 de octubre le pusieron contra las cuerdas y le hicieron dudar y contradecirse públicamente. Una de ellas es Ana Pastor, que al frente de 'El objetivo' acorraló al líder del PP con sus preguntas sin que supiera salir adelante muy bien. La otra, Celia de la Llave, una jubilada de 62 años que hizo que Casado se pusiera a balbucear en directo cuando le preguntó: "Si estuviera en un país en guerra, ¿se montaría en un barco para escapar?". Una apelación directa sobre los refugiados con una respuesta poco concreta: "Probablemente todos intentaríamos conquistar un futuro mejor". Puedes ver el momento cliqueando en la foto:
Antes, Pastor insistió en diferentes cuestiones de la actualidad política y en alguna ocasión provocó que el rictus permanente de sonrisa eterna que luce Casado pareciera, por algunos instantes, más impostado que de costumbre. Encima de la mesa un tema que se nota que a Casado irrita profundamente: la aparición fulgurante de VOX. El nuevo niño bonito del PP parecía tener el privilegio y la exclusividad de tener el lugar de honor de la derecha española, pero ahora se ha visto adelantado por la derecha por Santiago Abascal y su partido.
Cuestionado por la periodista sobre qué le parece este partido y si lo definiría o no como partido de ultraderecha, Casado intenta salirse por la tangente de manera torpe: "Yo no defino al resto de partidos. Hay cosas que comparto, como la unidad de España, y hay cosas que no, como que quiera suprimir las autonomías". Pastor insiste: "¿Por qué no quiere definir si VOX es de ultraderecha?". Y Casado sigue haciendo de trilero: "A mi lo que no me parece es tener que hablar todo el día de VOX. Hay cierto interés en que ahora se hable de VOX con el PSOE en el gobierno, a ver si los del PP lo califican". Pero Casado le tenía más miedo a mojarse que un gremlin pasadas las doce de la noche.
Pero Pastor es mucha Pastor y no estaba dispuesta a darse por vencida: "Pues dígame cómo definiría a Podemos, o tampoco quiere". Y Casado cae en la trampa: "Podemos es un partido populista". "Ahora sí se atreve a definir los partidos. ¿Cómo definiría entonces a VOX? ¿De derecha moderada? ¿De centroderecha?", le vuelve a preguntar por tercera vez. Pero como ella misma reconoce: "Le cuesta, le cuesta", porque lo que se limita a decir el popular es "VOX es un partido que lleva mucho tiempo allí y sinceramente, no nos preocupa nada". Para no preocuparle, tiene mucho cuidado con sus palabras y como lo define. Puedes ver el momento cliqueando en la foto:
Casado teme que si pronuncia las palabras "VOX" y "ultraderecha" en la misma frase, se desintegre... Los que se pueden desintegrar son sus votantes en favor del partido de Abascal. Quién le iba a decir a él que un partido de ultraderecha le podría hacer sombra.