Pablo Iglesias ha vuelto a los platós de televisión y lo ha hecho con fuerza y sin pelos en la lengua. La última entrevistadora en sufrir su vehemencia ha sido Ana Pastor, presentadora de El Objetivo de la Sexta, al denunciar la cacería mediática a la que ha estado sometido Unidos Podemos, de quien asegura que "se han fabricado noticias, inventado pruebas y creado mentiras contra una formación política. Esto es un delito". Y no era una denuncia tirada al aire, no. La destinataria era la propia periodista (y a su marido y director de Al rojo vivo, Antonio García Ferreras).
Para Iglesias, la Sexta es responsable de las fake news al dar cobertura a periodistas como Eduardo Inda, un habitual de las tertulias televisivas y agitador permanente de la actualidad con sus informaciones de dudosa credibilidad: "¿Quién protege a Inda"?, se preguntaba, señalando también a Soraya Sáenz de Santamaría como cómplice de esta práctica:"Una trama criminal formada por tres patas: policías corruptos que sin orden judicial fabricaban pruebasfalsas, una trama política en la que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría daba las órdenesy una trama mediática: Ok Diario y Eduardo Inda“. Por cierto que "las cloacas del Estado" también salpican con fuerza al PSOE de Pedro Sánchez y su gobierno, permisivos con estas prácticas.
Sin embargo denunció el existencia de un informe llamado "Pablo Iglesias Sociedad Anónima", un documento lleno de falsedades elaborado con el fin de que OK Diario lo publicara, llegando después a todas las televisiones del país. "Eso es gravísimo", dijo Iglesias. La presentadora quiso intervenir cortando a Iglesias, que tiró de ironía y generó al titular de la noche: “Muchas gracias por dejarme terminar. No quería interrumpir sus preguntas con mis respuestas”.
Una muestra fehaciente de la enorme tensión que se respiró en el plató de La Sexta.