No quedaban muchas dudas, pero ahora es púbico, notorio y documentado: Ana Rosa Quintana, presentadora estrella de los matinales de Telecinco, forma parte del entramado más oscuro, corrupto y decadente de las cloacas españolas. El diario El País ha revelado un fragmento de los audios de la conocida Operación Tándem, que investiga el oscuro comisario José Manuel Villarejo por delitos de blanqueo y organización criminal, y en la que se descubrió el encargo del empresario Juan Muñoz, marido de la comunicadora, para extorsionar a un cliente con dos vídeos sexuales con prostitutas y cocaína. Quintana siempre desvia la atención e intenta ocultarlo. Incluso alabó la figura del policía corrupto. Pero que sabía perfectamente cada detalle era un secreto a voces. Lo reconoce, y de hecho, ella también fue tentada por Villarejo.
Julio de 2017. Un lujoso restaurante de Madrid. Villarejo, Ana Rosa y, ¡sorpresa!, Eduardo Inda, se sientan en la mesa para comer. Amigos para siempre. Hace sólo unos días que el policía jubilado acaba de cobrar los servicios prestados a Muñoz, y se ofrece a la presentadora, que quería salir de la productora Cuarzo y llevarse el programa. Tenía problemas, Villarejo huele sangre y ataca: "tú ya sabes que si necesitas algún asesor externo...ponernos creativos..." mientras Inda ríe divertido. Quintana declina la oferta, que consistiría en hurgar por todos los medios posibles en los enemigos de la de Telecinco. Uno no en el que, lo más interesante, es una palabra que la delata: Villarejo: "si necesitas alguna cosa de los mamones esos... Té habrá dicho Juan que somos eficaces, eh..." Ana Rosa: "Ya...". Este "ya" es demoledor.
Nuevos audios revelan que Ana Rosa Quintana y su marido se reunieron 2 veces con el excomisario Villarejo justo antes de ser detenido. En una de las cenas acudió también Eduardo Inda. Mañana darán lecciones de periodismo en Mediaset, Okdiario y Atresmedia.https://t.co/AlZxEyWTaJ
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) 29 de abril de 2020
Ana Rosa no contrató el turbio Villarejo, porque prefirió poner su divorcio laboral en manos de abogados. Pero sabía perfectamente lo que había hecho su marido, y tuvo la oportunidad de repetir la jugada. Bravo, Quintana. Qué gran ejemplo. Seguro que vas corriendo a tu programa a explicarlo. Pero por favor, explica algo esta vez. Lo estamos deseando.