Cuando el gato está fuera, las ratas hacen fiesta. Con Susanna Griso y Ana Rosa de vacaciones, la penitencia de los espectadores indepes esta Semana Santa con los matinales de las cadenas españolas está siendo peor de lo que se temían. Camino de la cruz, ya han visto a un reportero consternado porque un vecino de Alcanar se niega a abandonar el idioma catalán para expresarse, una tesis loca que sostiene que Boadedlla causó la detención de Puigdemont y ahora en El programa de AR una reportera muestra imágenes del interior de la prisión de Neumünster donde el president espera la decisión de la justicia alemana.

La reportera ve la celda desde la calle y comprueba que cada espacio tiene ventana y lavabo. La deshumanización del president llega cuando describe qué podrá hacer:  "Podrá sumarse a actividades como cocina, panadería, pintura o carpintería. Podrá hacer deporte en el gimnasio". Las fotos son lo bastante tétricas para humillar a una persona que está sólo custodiada y no juzgada:

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Enseñan alambres, paredes de piedra y rejas. Música siniestra y sólo extraña que no envíen a uno de sus reporteros que espiaron los mensajes de móvil de Puigdemont sino a una chica con sombrero morado. La foto más humillante es la de la cena. La reportera destaca: "La rutina de horarios es muy estricta, se cena pronto, a las 6 de la tarde".

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Suerte que Ana Rosa Quintana debe estar de procesiones. Si hubiera estado en el plató recordaría el día que hizo un programa explicando que Puigdemont cenaba "langosta y champán caro". La audiencia indepe tiene que recordar que después de la penitencia viene la resurrección.