Que la jornada electoral sea un día laborable tiene una consecuencia insólita más: la cobertura televisiva española la hacen las reinas de la mañana: Ana Rosa y Griso. Era de esperar que se marearía la perdiz y sí, sólo empezar, El programa de AR ha conectado con el colegio electoral de Travessera de Gràcia/Tuset en Barcelona donde vota Artur Mas. De entre toda la cola de votantes, el reportero ha escogido a uno, no por sus gafas de pasta sino por el lazo amarillo que lucía en la solapa. "Nos ha llamado la atención. Sin duda se sabe lo que vas a votar". El reportero se equivoca, es imposible saber qué partido votará el señor. Lo que se sabe seguro es cuál NO votará. Ana Rosa le enmienda la plana a su periodista aclarando que los votantes pueden llevar el lazo que quieran, "Solo faltaría", clama AR. Se hacía la tolerante hasta que ha pasado esto:
Le preguntan por la diferencia entre el 1-O y el 21-D. Respuesta cantada: "No tengo que preocuparme por si tengo que volver a casa bien o no porque haya aquí unos salvajes que me peguen..." y Ana Rosa lo corta de repente. "No estoy dispuesta..." y asegura que algunas partes incitan al odio. No parece que AR se refiriera a que la policía golpeando ancianas con porras incitara al odio. Pero las redes han interpretado como censura este final repentino de la conexión, cuando Quintana oye una cosa que no le gusta: