Las imágenes que llegan de la frontera española con Marruecos hielan el corazón. Ceuta está viviendo una crisis humanitaria y migratoria de dimensiones gigantescas, pero en vez de provocar solidaridad, compasión o empatía, buena parte de la sociedad española aprovecha la ocasión para hacer propaganda ultra: hablan de invasión extranjera, demostrando una bajeza humana sin precedentes. Los fachas están desatados, y no nos extraña nada: están siendo espoleados por sus líderes de opinión, como Ana Rosa Quintana y similares. La presentadora de Telecinco se ha presentado en su puesto de trabajo enloquecida y vestida para la ocasión. Su 'look' ha sido minuciosamente escogido para hacer la guerra. No iba de camuflaje, no. Ella es tan fina como hiriente. Y nada es al azar.
De rojo intenso y con un colgante con mensaje directo contra los musulmanes que tratan de atravesar la frontera en Ceuta: la Cruz de la Victoria de Asturias, símbolo de la victoria del Rey Pelayo en Covadonga. Todo un emblema carpetovetónico, ideal para Quintana durante esta situación dramática y para entrevistar al caudillo Abascal. Gasolina para la parroquia facha, que ha entrado en éxtasis con la escena que han visto en Telecinco. Ana Rosa no deja nunca de hacer política, por mucho que se haga pasar por imparcial, plural, objetiva y humanitaria. Sí, es todo eso, pero solo cuando puede barrer para casa. Ya la conocemos, aunque nunca deje de sorprendernos su desfachatez. Evidentemente, la red (excepto su legión de aduladores) le ha leído la cartilla.
El drama, según la presentadora, no es ver a seres humanos al límite. Es que 'ejpaña sea mancillada por los invasores'. Qué mezquindad.