Si la cara es el espejo del alma, podemos asegurar que Ana Rosa Quintana ha entrado en éxtasis en su programa de T5. Y mira que lo tenía difícil, porque (con permiso de Susanna Griso, claro) la visita al taller del bótox la dejó con un rictus tan complicado como inexpresivo. Unos retoques estéticos escalofriantes que han encontrado antídoto: recibir a su ídolo, Santiago Abascal, y regalarle el enésimo masaje 'AR'. Quintana era, toda ella, gozo y alegría.

Santiago Abascal mascarilla VOX

La moción de censura de VOX es el sueño húmedo del universo ultra. Un espejismo tan ridículo como peligroso, pero que hace volar a gente como Ana Rosa. Ella vive y trabaja con un único objetivo: hacer caer al gobierno e impulsar a la derecha carpetovetónica hasta La Moncloa. La suavidad de la presentadora con la extrema derecha es vergonzante pero no sorprende: se mueve bien en los lodazales, como ha demostrado en el caso de su marido extorsionador y las relaciones con Villarejo e Inda. Quizás no lo necesitaba, o sí, pero la red le ha hecho una cara nueva.

Ana Rosa Quintana 2020 T5

Santiago Abascal dientes T5

Ana Rosa se tendría que hacer unas camisetas con el dicho falangista de "inasequible al desaliento". La fiesta de VOX sería así completa.