De las pocas muestras de dignidad que se pueden encontrar en el programa de Ana Rosa Quintana, una de ellas es, sin discusión, la copresentadora Patricia Pardo. Ella SÍ es periodista, y no actúa por turbios intereses como la 'jefa'. Una proeza dentro del reinado del terror de Quintana, que ya sabemos cómo las gasta con los colaboradores que no comulgan con su ideología radical y sesgo bien conocido. Ella ordena y manda. Y sí no, les enseña la puerta de salida.
Ahora bien, Pardo sabe como llamar a las cosas por su nombre, hacerlo con educación y contundencia y, milagrosamente, salvar su cuello. Y este 14 de mayo, con el alboroto de las temerarias y penosas manifestaciones fachas en los barrios ricos de Madrid, se ha puesto de manifiesto. Porque para Ana Rosa, ver a centenares de correligionarios montando un pollo en la calle en pleno confinamiento para vomitar y escupir contra el gobierno, reclamar libertad (y hacer golpes de estado, seguramente) y envolverse en banderas rojigualdas es un derecho fundamental que le deja en éxtasis. Eso sí, si las imágenes son de Catalunya o de un barrio pobre, eso es intolerable. Pues bien, hoy la jugada le ha salido rana, y Pardo le ha puesto en su sitio, acompañada por Israel López, un servil colaborador que nunca osa levantar la voz de la ama. La gallega ha estado de diez.
A veces, ver el programa matinal de Telecinco vale la pena.