Ana Rosa Quintana es una vaca sagrada. En términos del corazón, famoso protegido por la prensa de papel couché. Nunca se publicará una noticia negativa, silencio sobre su marido imputado por extorsión, y mucho photoshop en las imágenes. Hace pocos días se publicaron fotos suyas del inicio de 2 meses de vacaciones sin ninguna coletilla. Ahora la revista Rumore, reciente adquisición del Grupo Moll, pone a la presentadora en portada sin filtros ni photoshop: con un traje de baño de leopardo y enseñante un cuerpo de 63 años. Estrías, piel de melocotón o celulitis, lo normal en un cuerpo humano pero inédito en una portada en todos los quioscos del país:
Lo mejor de Rumore y de los nuevos propietarios de las revistas del Grupo Zeta es disimular: ponen el culo de AR en grande pero dicen "Luciendo tipazo en Ibiza". Ironía, poca vista o rebajar la ira de Ana Rosa a quien no habrá gustado verse sin pareo ni pantalones en toda portada en una revista de famosos. Es normal que todo caiga, la piel del codo o la pulseres de diamantes. Una cosa es subirse a un yate vestida y otra es parecer una señora mayor con un traje de baño del todo desfavorecedor.
Joaquín Prat, al frente del programa durante el verano, pasará de puntillas y no hablará de esta revista del corazón en particular. Como el verano pasado no habló de la detención del marido d ela jefa Juan Muñoz. Antes emitirán un poco de martirologio de Arrimadas y zurrarán algún indepe despistado. El programa de AR no quiere enseñar celulitis y pasar a ser El programa de Aaaaaargh.