Madrid ha estrenado la esperada fase 1 de la desescalada. Ana Rosa Quintana tendría que ser feliz, después de semanas haciendo de altavoz mediático del gobierno de la Comunidad de Madrid y su líder, Isabel Díaz Ayuso. Pero no, ni mucho menos. La presentadora sigue tan gruñona y extremista como siempre, esparciendo todo tipo de mentiras e intoxicando a la audiencia con su sesgo desvergonzado. Acabó la semana acusando a Bildu de asesinos o defendiendo las manis fachas, y este lunes ha vuelto con las pilas recargadas para continuar igual.
Que Quintana tiene al españolismo más extremo como musa intelectual y gurú informativa es una realidad tan triste como palpable. Ahora bien, también acumula detractores por doquier, que no la soportan. Hemos visto, leído y escuchado criticas de todo tipo, la mayoría de ellas bien merecidas. Pues bien, ahora puede añadir a la colección un zasca para enmarcar. Viene firmado por un político español de Podemos, Pablo Fernández, portavoz de la formación en Las Cortes de Castilla y León. Fernández es una leyenda gracias a una intervención memorable contra VOX, calificando una propuesta de los ultras como "puta basura, vergüenza, deleznable, miserable, bochornoso". Ahora se ha fijado en la comunicadora, aplastándola sin piedad: "donde no se va a producir nunca una desescalada de bulos, mentiras y bilis es en el programa de Ana Rosa". El mensaje multiplica adhesiones cada segundo que pasa.
"Bulos y bilis": el desayuno de Quintana.