El grueso de la temporada televisiva se adelanta al lunes 26 de agosto. Nunca había empezado tan temprano pero el retorno de Sonsoles Ónega ha hecho que muchos programas corran para estar listos para empezar el último lunes de agosto. Otros van a lo suyo y esperan al otro lunes, 2 de septiembre, pero en Telecinco hay nervios. Esta es la segunda temporada de la nueva Telecinco post-Sálvame. El primer año fue totalmente decepcionante con todas las apuestas fallidas: los matinales sin Ana Rosa, la tarde con Ana Rosa, los fines de semana o la noche del viernes. Todo va mal. Para Mediaset es especialmente desastroso que Antena 3 les robara una cara de la productora de Ana Rosa Quintana, la más bien insulsa Sonsoles Ónega, poner a la gran Ana Rosa a luchar contra ella por las tardes y que la joven derrote siempre a la veterana, la reina emérita como califica a Alfonso Arús a. Quintana que esta temporada cumplirá 69 años.
El peligro de que Sonsoles vuelva a dejar en evidencia la decadencia de Ana Rosa pone especialmente nerviosa a la Quintana, que está haciendo un maratón de entrevistas en digitales pequeños (Informalia, Blúper, Diario de Cádiz o El Televisero) donde repite el mismo sonsonete de mala perdedora: "Sonsoles Ónega no tiene pausas de publicidad y nosotros 30 minutos". Cree que Sonsoles juega sucio y hace trampas con las cartas marcadas. Se nota la rabia que le tiene a su exempleada: "Su salida fue cuando yo estaba de baja por cáncer y me enteré cuando ya se había despedido". Le reprocha que ni le comunicara a ella, la súper-jefa propietaria de la productora, la oferta que recibió de Antena 3. Ahora les toca enfrentarse. Ana Rosa va a la guerra pero con una pierna atada: Telecinco le prohíbe hacer una sección de Política. Tienen estudios de audiencia que confirman que los espectadores por la tarde cuando ven política cambian de cadena. Así que Ana Rosa pierde su gran baza. Como la rabia le puede, aprovecha una de estas entrevistas donde promociona TardeAR y vomita contra su bestia negra, que no es Sonsoles Ónega sino Carles Puigdemont.
Ana Rosa es la periodista que ha vertido más porquería contra el president, llegando a difundir sus mensajes privados poniendo cámaras en el móvil de Puigdemont. Será por esta animadversión personal que en una entrevista le han preguntado por su regreso a Catalunya el día de la investidura de Illa. Ana Rosa, como en Telecinco le ponen un bozal, se desahoga: "Con lo de Puigdemont este verano he estado pegada a la tele. No daba crédito. Me parecía un sketch, como que no podía estar ocurriendo. Pues sí, ha ocurrido. Ha sido algo muy vergonzoso. Si a este señor le amnistían y puede volver, que vuelva. Pero ahora está reclamado por la Justicia, ¿y no se ha enterado el CNI ni los Mossos ni ninguna de las fuerzas de seguridad? ¿Se pasea, da un mitin y se vuelve a marchar? ¿Esto qué es? Esto es Chiquilandia. Es de chiste".
Ana Rosa está en tensión y clama al cielo. De ser la reina de las mañanas a un paje real por las tardes.