Ana Rosa Quintana ha vuelto bien descansada de sus vacaciones de Semana Santa y se ha encontrado de bruces con lo que pasó a pocos kilómetros de su destino vacacional: Coripe. La crema, fusilamiento y linchamiento del muñeco del expresidente en el exilio y candidato a las europeas, Carles Puigdemont, ha ocupado unos discretísimos 3 minutos en su escaleta del día. La presentadora ha utilizado la condescendencia para expresar su condena: "Es feo, pero lo hacen todos los años. Es una costumbre...medieval".
Se producía una curiosa situación en el plató de Telecinco: Ana Rosa Quintana parecía defender el honor de Puigdemont y censuraba los hechos de la localidad sevillana, pero siempre restando importancia. "No me gusta, pero es una tradición". Los colaboradores se ponían nerviosos: "Quién siembra vientos..." decía el policía José María Benito, mientras que otros lo equiparaban a las Fallas valencianas con aquella alegría. "Esto no es un muñeco", respondía Quintana, sin perder la sonrisa de la boca. "Lo cuelgan, lo queman, le disparan...es feo".
Feo, según Ana Rosa, e inoportuno porque se ha convertido en "una cuestión de estado". Pues para considerarlo una cuestión de estado, ha despachado la polémica con rapidez y pasando de puntillas. Una nueva muestra de folclore de estado, seguramente. Otra cosa sería si el muñeco representara a alguien de su cuerda. O a ella misma. Pero, claro, ya conocemos la respuesta.