Telecinco, la cadena que no hace tanto dominaba con mano de hierro el índice de audiencia, se ha especializado en la acumulación de fracasos estrepitosos. Ya empezaba a despuntar durante la última etapa de Paolo Vasile, marcada por la pérdida del 'Pasapalabra' en favor de Antena 3. Pero la nueva cúpula ha superado los registros, creando una alianza que roza el monopolio: todo a Ana Rosa Quintana y su productora, Unicorn Content. ¿Las medidas estrella? Matar 'Sálvame' y parir 'TardeAR', la alternativa al nido de 'rojos y maricones' de Jorge Javier Vázquez, para conquistar la franja de tarde. Un reto que parecía chupado para la reina de los matinales, que vendía un espacio blanco, virginal y fresco. Sin politizar, sin dividir al país. El gran bulo. Todo es mentira.
El formato de Ana Rosa, dirigido por Xelo Montesinos, no cumple ninguna de las expectativas. Es viejo, caduco, tóxico y repelente. Las caras nuevas provocan desinterés, las ya vistas cosas peores. Está politizado, como siempre, sobre la línea invisible que separa la derecha de la extrema derecha. Y es un fiasco en números. Aunque últimamente la flauta haya sonado en tres o cuatro ocasiones, el suyo es el tercer peldaño del podio. Sonsoles Ónega, su extrabajadora, le pasa la mano por la cara. "Es que no tiene publicidad", se queja Quintana. Tampoco el culebrón de La 1, que también va por delante. Pero igual no es ese el problema de sus 9, 10 u 11%. Nunca el 16%, cifra por debajo de la cual abandonaría la pantalla con 67 años y mucha tralla. Sus promesas son como aquella de su amigo Carlos Herrera y su exilio a Somalia. Patrañas.
Ana Rosa y Telecinco van de puntillas sobre el alambre del escarnio diario al verse relegados a la intrascendencia, con el mal que eso hace a la cadena y a la reputación de su gran estrella. Quintana, en público, hace como quien oye llover. Pero en los despachos de Mediaset, la esposa del condenado Juan Muñoz es otra. Es lo que explica un extrabajador de la casa, experto revelando la información más delicada. A veces con más acierto que otras, cosa que ha puesto su credibilidad en problemas. El paparazzi Diego Arrabal, vetado en los programas de la casa desde hace tiempo, pero que sigue teniendo gargantas profundas entre sus muros. El hombre, en su versión youtuber, se hace eco de la madre de todas las bombas: Quintana ha tomado la decisión. "Anunció a sus jefes la intención de marcharse, de abandonar ese programa diario con tanta competencia". El terremoto en Telecinco, descomunal.
Arrabal: "Ya sabe lo que quiere hacer. Y quiere abandonar 'TardeAR'". El trato que ofrece a los directivos es sencillo: o le dan lo que quiere, o se va. Una mala noticia para su esbirra Ana Terradillos: vol "presentar 'La mirada crítica', el programa que hay de 9:00 a 10:30 de la mañana. Un programa político. Ella quiere abandonar la tarde, ir por la mañana, con una competencia más suave y tener una vida más sosegada y más tranquila". Un extremo más que plausible, sin dudas. "Desde que lo comunicó, hay presiones y ruegos, tanto de la cúpula como de su amiga Xelo Montesinos. Se encuentra enfrente con una cadena que no quiere". El fotógrafo andaluz remata: "Soy consciente de que si esta noticia se le pregunta a Ana Rosa o a Unicorn lo pueden desmentir. Es normal, son estrategias de cadena, pero esta es la realidad 100% confirmada". Tenemos tiempo hasta septiembre, pero parece que algunos piensan en como saltar del barco que naufraga. La capitana, la primera.