Hay un momento televisivo que se lleva repitiendo los últimos tiempos que tendría que ser considerado un género en sí mismo. Hablamos de las despedidas durante las conexiones de los programas presentados por Ana Rosa Quintana. La directora de TardeAR ha vivido en su propia piel algunas humillaciones televisivas en directo a la hora de decir adiós o dar por acabada una entrevista en dúplex o con alguien que está en su casa. Ya le pasó hace unos meses, insuperable despedida de una conexión con un invitado cogiéndose lo que no suena. Pasó el pasado 25 de abril, entonces en El programa de Ana Rosa en las mañanas, donde abordaban qué había pasado en un autobús de Barcelona cuando una conductora se vio obligada a echar a un usuario después de su comportamiento. "¿Tú estabas en ese autobús? ¿Estarías perplejo por la decisión de esta conductora?", le pregunta al invitado. El hombre, harto del mucho tiempo que lo tuvieron esperando a entrar en directo, se levanta, se baja los pantalones y dice "Pues la verdad es que llevo aquí dos horas esperando, así que me podéis comer la polla, porque mira, es que... tío, es una vergüenza". AR corta la conexión con la frase "Quita, quita, quita. Este es un tarado".
Ahora han invitado a hablar a un hombre que no solo no es ninguno tarado, sino que la toca, y mucho. Un profesor y humorista, Pepiú Navarro, invitado a hablar en primera persona sobre obesidad y gordofobia en la mesa VIP donde debaten diferentes temas. Le pregunta Ana Rosa si cree que hay discriminación hacia las personas con sobrepeso y él no solo lo cree, sino que está convencido, ya que lo ha vivido en primera persona: "No lo creo, es un hecho. Lo he vivido. Lo mío es un trastorno compulsivo de la alimentación, como por atracón; cuando tengo ansiedad, como, y después de muchos años de tratamiento psicológico lo empiezo a controlar". La presentadora le deja caer que "está en el camino" de la recuperación, y él, harto: "Estoy un poco cansado de que se diga eso. Sí, estoy haciendo un camino, pero este tiene altos y bajos, adelgazo y engordo, va por épocas. Estar en el camino no significa nada".
Quintana da por acabada la conversación, le despide, y cuando él dice adiós, se produce un momento sensacional, compartido por el mismo protagonista en redes. "Hoy he hablado en el programa de Ana Rosa. ¿Lo mejor? El final, como siempre," avisa él. ¿Y qué pasa al final? Que Navarro se despide con un: "Un beso, María Teresa", haciendo referencia a su gran rival histórica, y con quien comparan siempre, la recientemente difunta María Teresa Campos. Sensacional. La red, a sus pies:
Ella, muda, hace ver que no ha oído nada. Los tertulianos, igual. Pepiú Navarro, crack. Esperando como agua de mayo una nueva intervención suya en TardeAR.