Cojan un día al azar El programa de Ana Rosa. Cualquiera. Repasen la lista de tertulianos que Quintana tiene sentados a su lado, por ejemplo, algún día (casi todos) dónde se hable de Catalunya, del independentismo o del juicio a los presos políticos. Seguro que encuentran a alguien defendiendo el soberanismo catalán a capa y espada... Seguro. Que se lo pregunten a Ernest Maragall. Cuando menos, eso es de lo que su presentadora se vanagloria. Lo ha hecho en una entrevista al diario El Español, justo el día que Ana Rosa Quintana empieza sus vacaciones de verano y su programa pasa a presentarlo Joaquín Prat.

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AR saca pecho cuando le preguntan por una de las figuras más controvertidas de la televisión actual, el incendiario Eduardo Inda, director de Ok Diario, y del que todo el mundo menos ella dice pestes, también en su grupo mediático, como Risto Mejide desde Todo es mentira en Cuatro. Pero ella lo justifica argumentando que su programa"es el más plural de todos. Se sienta Inda, Monedero, Carmona, María Claver... Es un programa en el que prácticamente todos los medios de comunicación tienen un representante y yo soy una mujer de paz y de consenso". Sor Ana Rosa de Calcuta de la televisión.

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Quintana no se escandaliza por las sandeces que suelta por la boca alguien como su colaborador. En cambio,  "Lo que me parece inaceptable es que un político opine a quien tengo que sentar en mi mesa. Y por ahí no voy a pasar". Una Ana Rosa que critica a un colectivo donde quizás ella podría haber estado si se lo hubiera propuesto, ya que asegura que algún partido político, no hay que ser muy espabilado para saber cuál, la ha tentado con cantos de sirena:  "Alguna insinuación he tenido. Si hubiera querido ser política o actriz lo hubiera sido, pero yo soy lo que quiero ser: periodista. Ojo, que no hubiera sido mala política".

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AR sin abuela, aunque revela, ahora sí, las tres profesiones que nunca en la vida hubiera hecho:  "podría ser cualquier cosa menos actriz, azafata y estar en la ventanilla de un banco". Se nota que no es actriz: no interpreta muy bien el papel de periodista defensora de la pluralidad. Como mínimo, con respecto a la cuestión catalana.