Ana Rosa Quintana tiene un marido, Juan Muñoz, que parece abonado a salir en las páginas de tribunales. Un hombre marcado por un caso sórdido y una condena de prisión: la extorsión a un socio con un vídeo sexual con prostitutas y cocaína, y en el que se involucró el gran amigo de la presentadora de Telecinco, el excomisario José Manuel Villarejo, y el espionaje al abogado de la víctima, obteniendo información fiscal valiosa para un litigio entre las partes. La justicia lo ha encontrado culpable de un delito de revelación de secretos, imponiéndole una pena light, pero de cárcel: 3 meses y 10.000€ de multa. El auténtico castigo, sin embargo, es la mancha mediática. La proyección pública. Es difícil ver su imagen y no recordar este episodio. Y mira que su mujer se ha dejado la piel para taparlo cada día durante 5 años.

Efectivamente, Quintana ha pasado de unas puntillas escandalosas sobre el problema de su marido. Ella, heroína de las esencias patrias, que reclama justicia a diestro y siniestro, la campeona de la decencia y el periodismo, callando. Pero claro, es que le estaban tocando la médula espinal; el hombre de su vida y su hombre de confianza en las cloacas del Estado. Muñoz y Villarejo, palabras mayores. Intocables o se le desmontaba el chiringuito: mejor callar, encajar, tragar saliva, pagar minutas de abogados. Y rezar. Rezar mucho. 

José Manuel Villarejo / Europa Press

Acabamos de enterarnos, gracias a 'El Debate', digital ideológicamente amigo de Ana Rosa Quintana, de otro conflicto en el que Muñoz se ha visto involucrado y que ha acabado en los tribunales. De hecho, tenemos sentencia, y para alegría del matrimonio, es favorable. Le dan la razón. Una noticia positiva, pero que no aclara su futuro más inmediato. Tampoco cierra la guerra contra el Ayuntamiento de Sevilla, la otra parte de la batalla. El trofeo es muy significativo en el mundo Ana Rosa: hablamos de la Feria de Abril. Desde hace 3 años, el matrimonio es la comidilla del recinto ferial. Castigados, apestados. Juan es propietario de unas casetas, pero presentó los papeles fuera de plazo para renovarlas y el consistorio lo ha dejado fuera sistemáticamente. Les jorobaban el evento más costumbrista del año. Un 'no te lo perdonaré jamás', que diría Cayetana Álvarez de Toledo.

Ana Rosa Quintana y Juan Muñoz en la Feria de Abril de Sevilla / GTRES

Finalmente, los magistrados han considerado las alegaciones de la familia Muñoz, otorgándoles la titularidad de los espacios en litigio. Sin embargo, la información ofrece un dato interesante: a pesar del fallo judicial, "queda por  dilucidar si el Ayuntamiento está obligado a cumplir dicha sentencia para la presente feria". Un recurso municipal tumbaría las aspiraciones de Ana Rosa y Juan, que ya preparaban hectolitros de rebujito. Pero hay una bala en la recámara: el alcalde de la capital andaluza, que ahora es del PP. Esto puede cambiar las cosas, puede acabar una guerra comenzada por su predecesor. Curiosamente, sí, del PSOE. No descarten llamaditas y whatsapps del tipo "arréglame esto, miarma". Mejor no enfadar a Juan, no.  

Ana Rosa Quintana / Telecinco