5 años después, la pesadilla ha acabado. Al menos, Juan Muñoz, marido de la presentadora Ana Rosa Quintana, tiene una sentencia judicial que pone fin a un episodio vital turbio y delictivo. El empresario inmobiliario, a través del amigo del matrimonio José Manuel Villarejo, el tristemente célebre excomisario de policía, extorsionó a un socio con un vídeo sexual con prostitutas y cocaína. También espiaron a su abogado, obteniendo información fiscal valiosa para un litigio entre las partes. Muñoz pagó 20.000 € por adelantado, pero después Villarejo le pidió hasta 200.000€, porque el trabajo era delicado. Especialmente, "porque si te pillan te comes cuatro años por revelación de secretos". El delito por el cual ha acabado condenado, aunque de manera light. 3 meses y 10.000€ de multa. No entrará en la cárcel, pero queda en su currículum. Y por mucho que su mujer lo silencie, es de dominio público.

Desde aquel mes de julio de 2018, cuando fue detenido por la Fiscalía Anticorrupción, los estragos se han manifestado de manera indiscutible en el rostro de Juan. Ha visto pasar de cerca un marrón extraordinario. En el horizonte, la escena de Quintana yendo a hacer el vis-a-vis con su marido presidiario era un tormento. Y un escándalo que se tenía que evitar de todas las maneras posibles. Afortunadamente para él, la Justicia ha evaluado con guante de seda su papel en el famoso caso Tándem, y puede continuar en la calle. Haciendo la misma vida de siempre. Vacaciones en Sotogrande, Semana Santa en Sevilla, y en Navidad... la famosa fiesta de su mujer VIP de Telecinco.

Ana Rosa y su marido Juan Muñoz / GTRES

Esta celebración era diferente del resto de ediciones por dos motivos principales: el primero, la mencionada sentencia del señor, oficialmente condenado. Después el ambiente enrarecido por el fracaso indiscutible de la nueva estrategia de Telecinco y de la propia Quintana. 'TardeAR' se arrastra en las tardes del canal, y llegar a un 10'4% se considera un éxito apoteósico. Lejos, evidentemente, de los números de 'Sálvame' y de las perspectivas del grupo y de la productora. No funciona. Y las caras nuevas tampoco aportan demasiado. En todo caso, todos aquellos en nómina en Unicorn Content se pusieron bien guapos y engalanados para asistir a la fiesta, que pasaban lista. De momento, por cierto, no se ha filtrado ninguna gravació íntima o comprometida de ninguno de los invitados, como le pasó a Alba Carrillo. Debe ser que están hartos de vídeos en Can Quintana. Con el hit de Juan tuvieron bastante.

Ana Rosa Quintana en la fiesta de Navidad / GTRES

El aspecto de Muñoz es desmejorado: ojos inflados, color de piel deslucido, una barba blanca que le pone 20 años encima y más delgado que en forma. Es lo que se percibe en las imágenes de su llegada, en las que su sonrisa de compromiso no compensa el aire tristón que desprende en cada gesto. Contrasta, además, con el look juvenil y peinado moderno y alocado de su mujer. Esta es su condena real: la de la fotogenia. Todo se paga.

Ana Rosa y Juan Muñoz en la fiesta de Navidad / GTRES
Juan Muñoz / GTRES
Juan Muñoz, durante su juicio / GTRES