"A ver, yo he votado al PP, 155; al PSOE, 110; a VOX, 30; y a Sumar, 27". Es la porra que Ana Rosa Quintana hizo con sus compañeros de El programa de Ana Rosa hace unos días, justo antes de que se produjeran las elecciones de este domingo 23 de julio. Ahora, una vez pasada la jornada electoral, las urnas han hablado. Y entre las muchas cosas que han dicho, en clave televisiva, nos deja a una Ana a Rosa Quintana que todavía tiene la marca en la mejilla (en la derecha, por supuesto) de la bofetada a mano abierta que le han dedicado los electores. España ya ha votado, y entre otras cosas, ha dejado claro que Quintana tiene menos futuro como estudiosa electoral que los que encargaron las encuestas que daban una victoria aplastante a la derecha y la ultraderecha.

No sabemos si el vaticinio de la presentadora tenía más que ver con una voluntad que con una decisión fría y pensada. AR se ha pasado de frenazo, otorgándole a su amigui Feijóo 19 escaños más de los que ha obtenido. De los 155 que ella le daba (o le quería dar), el PP se ha quedado en 136, que sumados a los 33 de Vox dejan la mayoría absoluta muy lejos. No solo eso, sino que descartado el líder popular para gobernar, el único que podría hacerlo es su enemigui Pedro Sánchez. Pero ahora todos los ojos están puestos en Waterloo, porque el elemento clave lo tiene, vaya vayita, el president Puigdemont. Y Ana Rosa, que está que trina: "Es paradójico que el gobierno de España dependa de aquellas personas que se quieren ir de España... es una cosa muy rara". La cara de la presentadora ha sido para enmarcar:

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'El programa de Ana Rosa' / Telecinco

No solo eso... ¿Quieren saber cómo ha empezado AR su programa post electoral? Ella le llamará ironía. El resto de espectadores solo veía una cosa: cómo de reventada estaba y cómo le escuece que la derecha y la ultraderecha no puedan formar gobierno: "Enhorabuena, Alberto Núñez-Feijóo, ganador de las elecciones generales. Y enhorabuena a Pedro Sánchez, perdedor de las elecciones generales. Se da una paradoja inédita: por primera vez en democracia podría gobernar, y de hecho parece que va a gobernar el partido perdedor. Nunca en la historia democrática, un perdedor de unas elecciones había salido al balcón de la sede de su partido a celebrar una derrota". Qué poca memoria tiene Ana Rosa, cuando le interesa. ¿O es que hace falta que le recordemos qué ha pasado en las últimas elecciones autonómicas en algunas comunidades autónomas?:

¿Lo mejor de celebrar unas elecciones un 23 de julio?... Ver así a Ana Rosa un 24 de julio, a punto de empezar las vacaciones más tarde de lo que hubiera querido, y con una cara de vinagre maravillosa.