Después de tres horas de programa, finalmente Ana Rosa Quintana ha hecho aquello que anunció a bombo y platillo para las 8.55 de esta mañana: entrevistar a Santiago Abascal. Quizás los resultados de la formación ultra, por debajo de lo que ellos esperaban, la ha hecho retrasar la conversación con el líder de Vox. Algunos espectadores le veían a la presentadora mala cara ("pareces estreñida") después de los resultados electorales. Pero después, cuando ha llegado el conquistador, eso sí, sin su caballo, ya tenía un rictus más relajado. Incluso, ha parecido que por momentos había cierta complicidad. Es lo que tiene blanquear a un partido como Vox. Quizás por eso ha vestido de color blanco.
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"Ayer se decía que dentro de su formación estaban pensando en 60 diputados y que al final es verdad que de 0 a 24 es una entrada espectacular siendo un partido muy de derechas, porque a usted le preocupa que li digan de ultraderecha". Muy bien. Todo en orden. Si al señor Abascal le preocupa que digan que Vox es de ultraderecha, lo suavizamos y decimos muy de derechas. No fuera que se enfadara. Puedes verlo cliqueando en la foto:
"No han tenido la entrada que tuvo Podemos: ¿cuál es la dificultad de Vox? ¿Han radicalizado el discurso en temas como el feminismo, género, inmigración...?", sigue AR. Quizás es que la presentadora no ha visto el tuit pre-elecciones de la formación, combatiendo contra los homosexuales, las feministas, los independentistas y todo quisqui.
El masaje de Ana Rosa a su invitado no tenía fin. Para justificar que la Junta Electoral no permitiera la presencia de Abascal a los debates televisivos, Ana Rosa le lanza: "Ustedes han sido muy... 'selectivos' con los medios de comunicación no dejando entrar a determinados medios en sus mítines. ¿Eso ha sido un error? Porque han tenido menos presencia mediática". Curiosa manera de decir que Vox ha censurado a periodistas, diciendo que han sido muy selectivos. Quintana pone el foco en que limitar a algunos medios ha sido un error de cara a sus intereses, cuando lo que es lamentable y donde tendría que haber incidido está en el hecho en sí de cerrar el paso a alguien que quiere informar, sólo por el hecho de que digan cosas que no les gustan.
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Los espectadores no daban crédito a lo que estaban viendo:
"¿Pero no dicen que somos la ultraderecha, que somos unos extremistas, que somos muy malos? Nosotros no somos ultras, sólo decimos cosas que son de sentido común", se pregunta para acabar Abascal. La Capitana Ana Rosa sale en su defensa: "Bueno, malos no, pero un poquito extremistas sí"... Un poquito extremistas... Bueno Ana Rosa, menos mal, ¿no? Mientras solo sean 'un poquito extremistas'... No hay que añadir nada más.